martes, 26 de enero de 2010

A TUS PLANTAS, OH NIÑO DE PRAGA


La noche antes de mi Primera Comunión fui a confesarme a la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, mientras esperaba al sacerdote veia a una religiosa vestida de blanco que preparaba las cosas para la Misa. Cuando, en 1982, comencé a asistir a Misa los domingos a dicha parroquia, veia a la misma religiosa en los mismos menesteres, y además la escuchaba cantar en la Misa de 8 a.m. acompañada en el órgano por otra religiosa de su misma congregación. Aquella religiosa sacristana y cantora era la M. Virginia Luzquiños, quien en 1983 fue trasladada a otra comunidad.
En 1984 comecé a entablar amistad con la religiosa que tocaba el órgano, era la M. Gemma del Divino Infante y me hice amigo de la religiosa que atendía la sacristía, la M. Bernarda. Si bien es cierto que conocía al P. César Regueras, S.J., quien era Vicario Parroquial y le ayudaba en alguna que otra celebración litúrgica, fueron esas dos religiosas quienes me invitaron formalmente a participar en la vida parroquial de Desamparados. No sabía de que congregación eran, por el hábito negro y blanco que usaban en ese entonces para el tiempo de invierno, pensé que eran dominicas; pero me aclararon: son Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga, Congregación fundada en Chorrillos, Lima, el 16 de Julio de 1936.
Con ellas comencé a trabajar por la parroquia, en especial en el área de la pastoral litúrgica; me enseñaron a cantar, a preparar las celebraciones, a cuidar y respetar las cosas que empleamos en la liturgia de la iglesia (cosa que también aprendí con el P. Regueras). También colaboré con ellas en la Catequesis en los colegios. Varias de estas religiosas entablaron amistad con mi familia, en especial con mi hermana Zoila, quien ayudaba a la M. Bernarda a planchar los purificadores para la Misa ("los pañales de Jesús" como decían).
Con ellas he tenido muchas experiencias, hemos compartido momentos alegres y hemos discrepado y hasta tenido momentos de tensión. Recuerdo mucho que, cuando estuve en el hospital a causa de la operación de apendicitis, la M. Virginia fue a visitarme llevandome la Comunión, y lo que mas me impactó fue recordar que, la primera vez que la escuché cantar en una Misa cantaba "Cerca está el Señor" de Carmelo Erdozaín en una de cuyas estrofas dice "También está el Señor, no olvidéis su voz en el hospital, junto al enfermo": jamas me imaginé que casi diecisiete años mas tarde esa canción se hizo realidad.
Las Misioneras Parroquiales trabajaron en Desamparados desde 1948 hasta enero del 2008, y se fueron silenciosamente por decisión de la Superiora General ya que su colaboración era con los Jesuitas. No hubo tiempo ni oportunidad para agradecerles por estos 60 años de servicio en Desamparados. Muchos de los agentes de pastoral trabajamos con ellas en la liturgia, la música, la catequesis, la pastoral social, el Colegio Parroquial, y llevamos junto con la formación jesuitica el sello de las Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga. Tengo entendido que Desamparados les dio cuatro vocaciones: la M. Gabriela Bronttis (fallecida el 3 de Febrero del 2009), la M. Josefina Lazo, la M. Cecilia Ahumada y la M. Teresa Cabrera.
El día de ayer, 25 de Enero, fue su Fiesta Titular y las acompañé en la Misa que tuvieron en su Capilla de Chorrillos. Se celebraban los 50 años de vida religiosa de la M. Delia, quien ya mayor, dió su testimonio de vida muy sencillo, casi ingenuo, pero que mostraba una vida llena de Dios, como lo he visto en tantas hermanas de esa congregación. Fue una ocasión para saludar a las hermanas, varias de ellas ya mayores y enfermas, pero con el corazón puesto en Dios, a cuyas oraciones me encomiendo.
Desde aquí mi agradecimiento a todas las Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga, en especial a las que trabajaron con nosotros en Desamparados junto a los padres jesuitas. Gracias a las que me abrieron las puertas de la parroquia, a las que me fueron formando, en algunos casos a cocachos, a las que me han confiado diversas actividades, a las que están en el cielo rogando por nosotros y también a las que han tomado otros rumbos. Gracias a todas ustedes por su trabajo entre nosotros, el Señor les recompensará lo que nosotros no hemos podido recompensar.
¡Gracias por tanto bien recibido!
Notas:
1º Conozco muy poco de la historia de la Congregación, por eso les invito a visitar http://angelicarecharte.blogspot.com/2009/10/misioneras-parroquiales-del-nino-jesus.html
2º Imágenes:
- La primera es la Imagen del Niño Jesús de Praga que tienen en la Capilla de la Congregación en Chorrillos.
- La segunda es la M. Virginia dirigiéndo el canto de las religiosas.
- La tercera es un video donde cantan "Que detalle, Señor, has tenido conmigo"

jueves, 7 de enero de 2010

MIS AMIGOS DEL ANSELMO


Una de las actividades pastorales que mas distinguía a la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados de Breña era la preparación a los sacramentos del Bautismo y Primera Comunión de los niños que estudiaban en los colegios de la jurisdicción parroquial, programa que estaba dirigido por las Religiosas Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga. Yo colaboré como catequista desde 1988 hasta 1991, en los colegios "Acisclo Villarán Angulo" (ubicado en el Jr. Carhuaz cuadra 6, demolido en 1997 para construir un mercado) y "Andrés Avelino Cáceres" (ubicado en la cuadra 2 del Jr. Recuay). Después en 1998 y desde el 2002 hasta el 2007 estuve apoyando a los catequistas de diversos colegios dando jornadas a los niños antes de recibir la Primera Comunión.
Pero con el colegio con el que tuve mas cercanía, sobretodo en estos últimos años, ha sido con el "Hno. Anselmo María", ya que las catequistas que atendían dicha institución educativa me invitaban con frecuencia a ayudarles, y yo aprovechaba la ocasión para conversar con los niños e invitarlos a participar del Grupo de Acólitos de la Parroquia. Allí me hice amigo del personal del colegio, pero sobretodo de los niños. Nunca quise ser un "profesor de religión", ni el "hermano de la parroquia". Ante todo fui un amigo que compartía con ellos su experiencia de Jesús, y por eso les daba charlas y jornadas apoyando a las catequistas. Entablamos una amistad "de tú a tú", con mucha confianza y cercanía, a pesar que yo debo tener, en muchos casos, la misma edad que sus padres.
Y esa amistad y confianza nos permitió compartir nuestras experiencias, sueños, ilusiones, esperanzas y dolores: nos hemos divertido juntos, nos tomábamos fotos; varios de ellos me han contado sus dificultades, hemos llorado juntos, sobretodo cuando en el 2004 murió un compañero de ellos a causa de un accidente. Solo me ha faltado jugar fulbito e irme de paseo con ellos. Cuando la catequista ponía mano dura con ellos y los sacaba de las reuniones por mala conducta, era yo quien los consolaba y animaba.
He compatido con ellos la alegría de su Primera Comunión. Sus rostros llenos de alegría se me han grabado en el corazón. A los mejores les invitaba a participar del Grupo de Acólitos de la Parroquia y, modestia aparte, he tenido buen ojo, ya que la gran mayoría han sido muy buenos acólitos y también muy buenas personas.
Cuando los Jesuitas y las Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga dejaron la Parroquia de Desamparados en el 2008, se dejó el programa de preparación para la Primera Comunión de los colegios. Aunque ellos pidieron que se continuara con el programa, se ha preferido que los niños se inscriban y vengan a la parroquia. Se que algunos catequistas han continuado por su cuenta y riesgo con esta labor, llevándolos a otras parroquias a celebrar la Primera Comunión. Yo también me he sentido tentado a hacer lo mismo, pero hubiera sido un acto de deslealtad a la parroquia.
Pese a que la parroquia ya no tiene trabajo pastoral en el "Anselmo", las profesoras me han seguido invitando para dar charlas a los niños y preparar algunos villancicos con ocasión de la Navidad. Y la verdad es que siempre que he estado allí me he sentido en casa. Aunque no iba oficialmente "en nombre de la parroquia", he procurado que estén enterados de las activiaddes parroquiales, sobretodo para que los papás inscriban a sus hijos en los programas de catequesis y ellos mismos se inscriban en los matrimonios comunitarios que organizaba la parroquia.
El día de hoy fue la Clausura del Nivel Primaria del "Anselmo", y con la promoción 2009 que hoy egresaba, se iba también el último grupo de niños que la parroquia preparó para la Primera Comunión en el 2007 (y también el último grupo que conocía: a partir de ahora ya no conozco a casi nadie, fuera de dos o tres niños que pasan a quinto grado). Quise estar en la ceremonia para despedirme de la promoción, pero a la misma hora tenía una Audiencia en el Tercer Juzgado de Paz de Surco; y cuando llegué todo había terminado, casi todos los niños se habían ido y no pude despedirme de mis amigos de sexto grado. Si bien es cierto que a algunos los seguiré viendo en la parroquia y con otros mantendré contacto a través del internet, se también que a varios de ellos dificilmente los veré porque se irán a otros colegios. No es la primera vez que me sucede.
Por ello, quiero agradecer a todos mis amigos del "Anselmo": al Director y a la Subdirectora que han abierto las puertas del colegio a la Parroquia y a mi; a las profesoras, sobretodo a la Srta. Miriam García que me han invitado muchas veces a darles charlas a sus alumnos (espero que no haya sido muy enredado o aburrido); a la Sra. Teresa del personal de mantenimiento del Colegio que confía que podamos grabar un nuevo himno para el colegio. Pero sobretodo a los alumnos, a los niños de hoy y a los niños de ayer, que me regalaron el don de su amistad y su confianza; que me hicieron ser un "Anselmino de Corazón", parte de su grupo; que me dieron la oportunidad de hablarles de Jesús, con quienes he jugado, bromeado, comido, llorado, cantado y rezado.
No se que es lo que el Señor nos encargará este año 2010. Tampoco se si la parroquia volverá a tener atención pastoral en el "Anselmo" o si me invitarán a dar charlas a los alumnos. Parte de mi corazón se queda allí, con todos esos muchachos que hoy están en secundaria. He sembrado en ellos la semilla del Evangelio. Será el Señor quien se encargue de que, a su tiempo, lo sembrado de frutos.
¡GRACIAS, ANSELMINOS, POR EL REGALO DE SU AMISTAD!
¡GRACIAS POR TANTO BIEN RECIBIDO!