martes, 20 de diciembre de 2016

ESTA VEZ SI DIJE EL DISCURSO

El pasado 25 de Noviembre mi promoción "José Carlos Mariátegui - 1986" del Colegio Nacional "Hipólito Unanue" celebró sus Bodas de Perla. Luego de algunas coordinaciones de último minuto tuve la oportunidad de dar un discurso a nombre de mis compañeros del 5º "B". Mientras hablaba en público, como lo hacía en mis mejores tiempos escolares, notaba que me escuchaban con atención y hasta con emoción. Esto lo que agradezco muchísimo porque sospecho que ha sido la última vez que hablé en público en mi querido Colegio, pues me imagino que habrán otros compañeros que querrán dar el discurso para las Bodas de Oro.
Transcribo aquí el discurso que pronuncié en esta ocasión, el mismo que, como dije en otro momento, ha sido una versión "desenpolvada" del discurso que había preparado para las Bodas de Plata y que pueden leer en "El discurso que no pronuncie".

Señor Director del Colegio Nacional "Hipólito Unanue"
Autoridades, invitados
Ex alumnos de las diversas promociones.

Una de las estrofas del Himno de este colegio, reza así:
"Colmenar de estudios gran faro brillante
las aulas queridas de nuestro colegio
sean monumento al maestro egregio
y nido de aurora de un Perú gigante"
Varios ex alumnos de la promoción 1986 hemos vuelto a este colmenar de estudios; algunos nos conocemos desde la primaria, (ha sido un gusto saludar a varios de ellos) y otros desde inicial; aquí en estas aulas donde nosotros nos fuimos formando para servir a la sociedad, para servir a los que nos rodean. Es verdad que muchas de las cosas han cambiado, la infraestructura ha mejorado, pero la mística se mantiene: esa mística que vemos en la Promoción 1966 (los recuerdo mucho, porque cuando nosotros terminaos el colegio ellos cumplían veinte años, y que me perdonen las demás promociones, pero un aniversario como ese, el año 86, hasta ahora no se repite, fue el mejor de todos); esa mística que hemos escuchado en esa arenga "Siempre la H, siempre la U, nadie le gana al HU", que en la voz de quien fue nuestro Director Nicanor Castañeda Guerrero, sonaba con "alma, corazón y vida"; esa alma, corazón y vida que escuchamos cada año, aquí mismo, a nuestra profesora Teresa Morán, gritando la arenga, "Siempre la H, siempre la U".
Queremos agradecer a quienes fueron nuestros maestros, nuestros profesores; son muchos, mencionar a algunos de repente sería ser injusto con otros.
Y es verdad, hemos aprendido tantas cosas que con el tiempo nos hemos ido olvidando. Yo creo que si la profesora Gladys Benites, la profesora Pina Canales, la profesora Teresa Morán* me tomaran un examen de aquellas cosas que hemos aprendido en este colegio, donde hace años me ponían 18, 19 o 20, ahora, en ese examen, me pondrían un redondo cero, porque las cosas nos hemos ido olvidando. Pero aquellos valores, aquellas enseñanzas, aquellos consejos que nos dieron cuando éramos chiquillos, cuando éramos jóvenes, eso no se olvida, eso permanece en el corazón hasta la muerte; y en eso esperamos no defraudarlos nunca, salir siempre aprobados, porque ustedes nos dieron lo mejor y eso se guarda en el corazón.
Gracias a mis compañeros de promoción, a cada uno de los presentes.
A los alumnos (que no veo muchos) animarlos a que sigan adelante. El éxito no consiste en tener un nombre importante, un cargo político, o tener mucho dinero. El éxito consiste cada día en ser  mejor persona, en hacer las cosas bien, en ser fieles a nuestros ideales.
Gracias a todos, a mis compañeros.
¡Gracias por tanto bien recibido!

* Se encontraba presente ese día la profesora Elizabeth Páucar, y si no la mencioné era porque no pensé encontrarla ya que hace años había estado enferma y hasta me dijeron que ya descansaba en el Señor. Cuando ella me dijo porque no la mencioné, con aire de broma le dije que nunca me había puesto 18, 19 o 20. Con todo fue una gran alegría verla y escucharle dándome aliento para perseverar en mi vocación.