martes, 6 de noviembre de 2018

IN MEMORIAM "FILI"

Jesús, reuniendo a sus discípulos les dijo: 
—«Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes, nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos». 
Marcos 10, 42-45

A muchos nos gusta el poder, ocupar los primeros puestos, sentirnos importantes; y cuando el poder viene por éxitos económicos, políticos, sociales, intelectuales o religiosos buscamos que sea notorio, sin que nada ni nadie le haga sombra. La enseñanza de Jesús va por otro camino; nada de buscar el poder, sino seguir el camino de la humildad, haciéndose servidor de los demás.
El texto que traigo en esta ocasión no se lee en las celebraciones por los difuntos; pero nos muestra lo que ha sido "Fili" para nosotros: el amigo, el conserje siempre alegre, el primero y el mas importante de todos los que trabajaban en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, incluso mayor que el mismo Decano. Era un hombre sencillo, amigo de todos, desde los grandes catedráticos hasta el último alumno o trabajador de Derecho.
"Fili" nunca se sintió un "poderoso" pese a que muchas cosas en la Facultad dependían de él; mas bien era servidor de todos. Hasta ahora no entiendo como se daba abasto para todo, con tantas tareas y menos recursos que hoy; pero con él todo estaba en orden y controlado. Filiberto Tarazona es un ejemplo de lo que Jesús ha querido enseñarnos en este Evangelio, de que no hacen falta cargos importantes, ni grados académicos para ser el primero y el más importante en la Facultad de Derecho de la Católica; que con solo cumplir con su deber con sencillez y alegría, se pueden hacer cosas grandes; que con su sonrisa y su corazón generoso y disponible se han formado generaciones de abogados en la mejor Universidad del Perú; como bien lo escribió el Dr. César Luna Victoria: "En nuestra formación, a estas alturas, pesan más las lecciones de Filiberto que toda la Doctrina y Jurisprudencia".
Querido "Fili":
Te conocí poco antes de entrar a la Facultad de Derecho, mi amigo y después catedrático, Luis Fernando Iberico me hablo de ti. Tu viste crecer a nuestra Facultad desde cuando funcionaba en el Instituto Riva Aguero, pasando por las aulas prefabricadas en el Fundo Pando, hasta el local definitivo, de cuya construcción fuiste testigo. Tú nos acompañabas en nuestros estudios y diversiones, participabas con nosotros en las Olimpiadas de Derecho, actuabas con nosotros: ¡como olvidar tu participación con GOCE en el scketch de Fin de Olimpiadas de 1992 de "La Guerra de las Galaxias", en la escena de la pelea entre Luke, interpretado por Paul Duclós, y Salvador Del Solar personificando a Dark Vader! Seguramente recordarás cuando saliste con tu casco en un video diciéndole a Luke: "¡Mátalo, mátalo!"; y, cuando Dark Vader dice "Yo soy tu padre", la respuesta de Luke fue: "¡Ja! Eso fue lo que te hizo creer mi madre, mi padre es Filiberto". ¡Cómo nos divertimos esa vez! Y gracias a ti, ganamos las Olimpiadas.
Después de acabar la carrera y titularme de Abogado no te volví a ver hasta Noviembre del 2009 en que fui a acolitar la Misa de Confirmación de los alumnos de la Universidad. Cuando el año pasado me llamaron para acompañar a la Comunidad de "San Tarcisio" en el CAPU, una de las primeras cosas que hice al pisar la Universidad después de 8 años, fue ir a la Facultad de Derecho y preguntar por ti: vi que la Oficina de notas donde nos atendías llevaba tu nombre, pero ya hacía algunos años que te habías jubilado. Muchos se han visto contigo en los almuerzos de los ex alumnos y en la celebración del Centenario de la Universidad; otros volvimos a saber de ti cuando tus compañeros del Sindicato de Trabajadores de la Universidad publicaron un video en el que, pese a que tu salud estaba resquebrajada, les alentabas a seguir adelante en sus reclamos laborales. Allí nos enteramos que estabas muy mal (al saber que tenías un efisema pulmonar sospechaba que, dada tu edad, tu estado de salud era grave). Y la gratitud de muchos ex alumnos de Derecho brilló para ayudarte en los gastos de tu ultima enfermedad, o para regalarte una visita que te arranque una sonrisa, la misma que nos diste cuando trabajabas en la Universidad.
"Fili": Tú pensabas que mejor me iría de religioso que de abogado. Si hubiese sido sacerdote, estas palabras serían mi homilía para tu Misa de despedida. Dios tuvo a bien llamarme a ser Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad y desde aquí rezo por ti, agradeciéndote, como todos, por ser un servidor "fiel y cumplidor", seguramente pasarás al banquete del Señor, donde toda la gente de Derecho que está en la Casa del Padre te recibirán con los brazos abiertos y con un fuerte aplauso que bien te lo mereces.
¡Gracias "Fili", por tanto bien recibido!
¡Un abrazo hasta el cielo!