martes, 4 de septiembre de 2012

"¿CORRECTO SEÑORES?"

Después del golpe de Alberto Fujimori del 5 de Abril de 1992, (al cual me referí en el "post" anterior), estudiar Derecho Constitucional se había convertido en algo cómico: oir que la Constitución  de 1979 señalaba que los actos realizados por un gobernante ilegítimo eran nulos, o que la única forma de modificarla era a través de los mecanismos que ella misma señalaba, resultaba realmente gracioso (no les exagero que en la Facultad de Derecho de la PUC nos reíamos al escuchar esto). Pese a todo le tomé interés a los cursos electivos de Derecho Constitucional, lo cual me dio la oportunidad de ser alumno del Dr. Alberto Bustamante Belaunde (un verdadero maestro), quien pese a tener una postura en ciertos temas invitaba a algunos ponentes que tenían opiniones distintas y hasta opuestas a la suya (entre ellos Enrique Chirinos Soto, realmente interesante), y ello nos invitaba a pensar y a sacar nuestras propias conclusiones e ideas.
Era el primer semestre de 1993 y me matriculé en otro curso electivo de Temas de Derecho Constitucional que dictaba la Dra. A.V.L. (no pongo el nombre considerando lo que voy a contar); el tema del curso era el Poder Ejecutivo (interesante dada la coyuntura política del Perú): la profesora hacía un análisis de la Constitución de 1979 en lo referente al tema, recurría al derecho comparado, (recuerdo que citaba Constituciones de países tan poco mencionados como Sierra Leona y no recuerdo que otro mas). Eso si estaba muy bien informada, y justo por aquellos días habían destituido a Carlos Andrés Pérez como Presidente de Venezuela, con lo cual los temas de curso "no eran tan etéreos" (como decía ella); es mas comentó que ella "profetizo" en la Maestría de Derecho Constitucional que "algo iba a pasar" en el orden político del Perú, por lo cual sus compañeros decían que tenía "boca de bruja".
Sin embargo, pese a estar bien preparada, desde la primera clase nos dimos cuenta que la Dra. AVL decía las cosas "de paporreta"; pero a la vez notamos que tenía dos muletillas que usaba con muchísima frecuencia, estas eran: "¿Correcto, señores?" y "Es importante que lo tengan en cuenta".
A diferencia de mis tiempos escolares (en los que intervenía en clase con mucha frecuencia y "hablaba hasta por los codos"), en la Universidad me convertí, mas bien, en un alumno silencioso, casi no intervenía ni preguntaba, prefería escuchar en silencio. Sin embargo, ello no era motivo para que no maquinara alguna travesurilla de cuando en cuando. Es así que, al darme cuenta de la forma como hablaba de la Dra. AVL, se me ocurrió coger un boleto de microbús y comenzar a contabilizar, mediante palitos de conteo, cuantas veces decía la profesora sus famosas muletillas. Fue entonces que en plena clase, muy discretamente, le pasé la voz a mi amigo Marco Benavente, y le mostré las cuentas. Marco, que estaba muy atento a la clase, apenas pudo contener la carcajada cuando vio que la profesora iba diciendo sus muletillas casi 70 veces solo en esa clase (ojo que cada clase duraba hora y media).
La travesura no terminó allí: en las clases siguientes  siguió la misma operación mientras tomaba apuntes del curso. En una oportunidad le llegue a contar que dijo ambas muletillas un aproximado de ¡140 veces! (no les exagero) .
Por supuesto que varios de mis compañeros del curso se enteraron de mi afición por esta forma de contabilidad, y no faltó quien publicó las estadísticas (un poco mas exageradas, claro está) en la pizarra del salón. Por supuesto que cuando la profesora entró, las vio, pero no dijo nada. La travesura siguió hasta que una de mis compañeras me advirtió "Manuel, ten cuidado de no rajar mucho, la chica que se sienta delante tuyo, es la hermana de la profesora". Con estas palabras, no me quedó mas remedio que volver a ser el "niño bueno" de siempre (al menos en lo que quedaba del semestre).
Debo confesarles que no sabía como terminar este artículo; hasta que leyéndoselo a mi mamá hace unos minutos, ella me contó que, en una ocasión se puso a sacar la cuenta de cuantas veces un expositor dijo la palabra "básicamente" en una conferencia, llegándole a contar ¡74 veces! 
Este tipo de travesuras ¿Me vendrán de familia, o por herencia?
Quien sabe...