miércoles, 29 de octubre de 2014

BREÑA ES UN EDEN

"Vente mi guapa limeña, ven,
vamos a pasear,
Lima es un Eden..."

(Mario Cavagnaro, Vals "Lima de Octubre")

No estoy seguro si fue en 1965 o 1966 cuando el Señor de los Milagros llegó a la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados en Breña. Era Párroco el P. Manuel Mosquero, S.J. Para aquella oportunidad en que la imagen pernoctó allí la comunidad se preparó con mucho entusiasmo con las charlas que les dió el P. César Toledo, S.J. Aquello lo supe, no porque haya estado yo allí (nací en 1969) sino porque en alguna oportunidad tuve en mis manos el Boletín Parroquial de esos años.
Después de eso, el Señor de los Milagros ha pasado por la Avenida Alfonso Ugarte, pero no entraba mas cerca de Desamparados, ni tampoco las instituciones que lo recibían invitaban a la parroquia para participar en algún homenaje.
Recién en en el año 2002, el Colegio "Hermano Anselmo María" invitó a la parroquia al homenaje al Señor de los Milagros en el estrado que se armó en la esquina de las Avenidas Bolivia y Alfonso Ugarte. En ese entonces el P. Jorge Crooke, S.J. no pudo asistir y me encomendó llevar al P. Benjamín Fernández - Dávila, S.J. para que represente a la parroquia. Aquella vez, sentado en el estrado vi el paso del Señor, rodeado de tantos fieles. Era alrededor de las 6 de la tarde cuando llegaba el Señor, y el P. Benjamín (a quien con cariño llamábamos "Pitín") se dirigió al Señor muy emocionado. Al acabar el homenaje dijo, "ahora si ya puedo morir tranquilo". Y es que a sus ochenta y tres años ya tenía la salud resquebrajada. De hecho, en el verano siguiente dejó el Juniorado Jesuita que estaba en Breña y fue destinado a la Enfermería en la Parroquia de Fátima en Miraflores donde murió el 2011.
En el año 2007 el Colegio "Hermano Anselmo María" invito al P. Enrique Rodríguez, S.J., en ese entonces párroco de Desamparados al homenaje al Señor de los Milagros que organizaba en la Avenida Alfonso Ugarte junto a la Municipalidad de Breña. A ese homenaje asistimos junto con los acólitos, algunos de los cuales eran alumnos de ese colegio. Fue una experiencia emocionante: mientras me dirigía a la parroquia a recoger a los acólitos, resonaba en mi corazón el vals de Mario Cavagnaro "Acompañaremos al Señor Cristo Moreno, Señor de los Milagros y patrón de la ciudad..." El P. Enrique llevó una capa pluvial roja y los acólitos, revestidos de sus albas y portando cirios e incienso esperamos la llegada del Señor al estrado. Allí estuvimos, en lugar privilegiado, cerca del anda, en medio de tanta gente, oramos en silencio, y se incensó al Señor de los Milagros. Todos nos sentíamos contentos, emocionados. Luego, una foto para el recuerdo y regresamos a la parroquia. El P. Enrique sabía que le quedaba poco tiempo en Desamparados, y el escribió en su blog que ese homenaje era parte de un ciclo que se estaba cerrando. Y así fue: tres meses después la Compañía de Jesús entregó la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados al Arzobispado de Lima.
Después de esto, el Señor de los Milagros comenzó a ingresar al distrito de Breña por el Jirón Pomabamba, volteando por el Jirón Jorge Chávez y luego entraba a la Avenida Bolivia donde continuaba hacia la Avenida Wilson. Entraba a la jurisdicción parroquial de Desamparados, pero no hubo ningún homenaje oficial de la parroquia, aunque los grupos parroquiales, sobretodo los coros fueron invitados a cantar el Señor en diversos lugares.
Pero este año fue la sorpresa: cuando asistí a la misa en honor de Nuestra Señora de los Desamparados en Mayo, el Párroco P. Ricardo Rodríguez, anunciaba que el Señor de los Milagros llegaba a las puertas de la parroquia. Al principio pensé que se trataba de alguna falsa alarma, ya que esa noticia la había escuchado varias veces y yo, como Santo Tomas, "ver para creer": mientras no vea eso en el programa oficial de Nazarenas, no lo creo. Y bueno, no debemos ser incrédulos, sino creyentes: el Señor de los Milagros iba a Desamparados. Y el P. Ricardo movió a la comunidad para que pinten sus casas, adornen las calles, hagan alfombras... La parroquia se arregló, se engalanó y las calles... nunca las vi así La Avenida Venezuela y el Jirón Aguarico adornados con alfombras, guirnaldas de flores y gigantografías. De nuevo el vals de Mario Cavagnaro resonaba en mi corazón, solo que con otra letra: "Breña es un Edén", pensaba.
Debo confesar que, aunque estaba emocionado, no me sentía tan alegre como el año 2007, de hecho me sentía un poco triste. Aproveche de tomar algunas fotos y hacer algún video mientras el Señor estaba lejos.
Después me preguntaba donde tomar fotos: por un lado la entrada al atrio de la parroquia era restringida (cuando me preguntaban porque no entraba, yo les decía que el párroco no me había dicho que pase, y como yo ya no soy agente de pastoral de Desamparados, debo respetar la casa ajena); también conozco a una familia que vive al frente (me dijeron que les toque el timbre con confianza pero, cuando me saludaron desde la azotea, no me hicieron la menor insinuación a ingresar a su casa); solo me quedaba esperar junto al reja y hacer lo que se pueda. Menos mal que, faltando poco para que llegue el Señor, el párroco me invitó a pasar al atrio de la iglesia. Y yo, ni corto ni perezoso, me subí al techo, por la escalera del coro, desde allí podía tener las mejores tomas.Eran casi las seis de la tarde.
Lo que vi desde el techo de la iglesia y el colegio era impresionante: la Avenida Venezuela repleta de gente, el Señor se acercaba al Desamparados, el ambiente de fe, de fiesta, de alegría... Solo atine a tomar fotos y a hacer otro video. Después bajé al atrio para ver al Señor de los Milagros y estar en el homenaje que organizó la parroquia y el Colegio "San Francisco Javier, estuvieron también los Bancos aledaños y el Ministro de Transportes y Comunicaciones junto con personal de su Despacho, entre ellas mi amiga la Dra. Jessica Reátegui con quien estudie en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Mientras el Señor miraba a la puerta, luego de tomarle algunas fotos, me puse de rodillas dentro del templo (desde donde lo veía bien, y por haber mucha gente, nadie se daba cuenta de lo que hacía) y le presentaba mis intenciones.
La parroquia realizó el homenaje: el coro cantaba, desde un estado, y desde otro los alumnos del colegio movían sus banderitas. El párroco se dirigió a los fieles congregados y se hicieron algunas peticiones. El Ministro de Transportes, los Bancos, la Directora del Colegio y algunos fieles mas le alcanzaron unos ramos de flores. En la parte central de la reja se encontraba el P. Alfonso de la Cruz, Vicario Parroquial y la Comunidad Jesuita del Juniorado. Hubiera sido una buena idea que los acólitos hagan un pasillo por el centro del atrio y, portando cruz alta, cirios e incienso, se acerquen a la imagen del Señor de los Milagros, como lo hicimos el 2007. Pero, en fin, yo solo soy un fiel mas que ayuda en lo que puede (y en lo que me piden) a la parroquia, mis consejos y opiniones ya no hacen falta.
Después el Señor de los Milagros continuó su recorrido. Mientras el Señor se marchaba algunas señoras que me conocían aprovecharon de saludarme y preguntarme como estaba: hacía poco que se enteraban que soy Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad; por mi parte les comentaba que llevaba el hábito hace mas de dos años y que guardé todo bajo reserva. Eso si: les pedía que recen por mi. Siempre ha habido gente que me ha regalado su aprecio y su cariño y se han alegrado del paso que he dado en mi vida como Hermano Oblato. Igualmente la madre de un acólito me decía que me extrañaban. La verdad, yo también los extraño: parte de mi corazón se ha quedado allí.
Me fui a rezar vísperas y mas tarde acompañé al Señor de los Milagros hasta la Avenida Alfonso Ugarte (10.00 p.m.), de donde continuó su recorrido hasta llegar a la iglesia de las Nazarenas hacia las 4.30 a.m.
¿Cuándo volverá el Señor de los Milagros a Desamparados? No lo se. Quizás la próxima vez ya no pueda subir al techo o a la torre de la iglesia y solo me contente con verlo desde la calle o en casa de alguna familia que me conozca. Yo solo le pido al Señor de los Milagros que bendiga a esta comunidad parroquial que durante tanto tiempo me acogió y que le conceda seguir creciendo y que lo que sembramos en otro tiempo vaya dando frutos para la gloria de Dios.


lunes, 13 de octubre de 2014

EXPOMISIONERA 2014

En los años que he vengo sirviendo a la Iglesia, ha sido para mi mas fácil trabajar con niños que con jóvenes; me he sentido muy contento formando Acólitos, sobretodo cuando ingresan como servidores del Altar ni bien han hecho la Primera Comunión; he hecho amigos en Desamparados (se me vienen a la mente los nombres de Jorge, Luis, Alejandro) y en San Pedro (Renato, que ya es un joven, Víctor...). Pero trabajar con jóvenes... creo que otros tienen mas carisma para eso que yo.
Los días Viernes 10 y Sábado 11 de Octubre las Obras Misionales Pontificias (OMP) invitaron a los Hermanos Oblatos de Nuestra Señora de la Soledad a la "Expomisionera 2014" donde diversas comunidades misioneras se daban a conocer a los que pasaban por la Plaza Bolívar. Nosotros, los Hermanos Oblatos, no somos misioneros como los Combonianos, sino mas bien "misioneros desde la oración", rezamos por los que salen "a los cruces de los caminos" y recibimos en la casa a todos aquellos que buscan a Dios.
La obediencia (y el entusiasmo de un Hermano que trabaja en OMP) me llevaron a la Expomisionera, donde, un poco resfriado, me la pase sentado en el stand la mayor parte del tiempo, mientras los Hermanos que me acompañaron hicieron un poco de turismo por los demás stands.
La tarde del Viernes llegó un colegio de Chosica y salí a tomar algunas fotos, como quien se relaja un rato (dejando a mi Hermano de Comunidad a que atienda el kiosko). Me puse a conversar con ellos y uno de me hizo escuchar rap (o hip hop, la verdad no se mucho de eso) de un cantante llamado "Cancerbero", que en una de sus letras decía como se perdía la fe al ver tanto sufrimiento, propio y ajeno. Sospecho que estos jóvenes (uno de los cuales parecía que usaba aretes y tenía algunas uñas pintadas) pensaría que me iba a escandalizar de lo que me hacían escuchar. Le pregunté a uno de ellos si él pensaba igual que "Cancerbero", y me dijo que, en ocasiones si. Yo le dije que la letra de aquella canción me recordaba las palabras de Jesús "Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?", ya que, ante el dolor y el sufrimiento el hombre clama a Dios y algunos pierden la fe; pero, aquel clamor era en realidad una oración que brota de lo más profundo del alma, quizás mas sincera que muchos rezos que escuchamos en los templos. Y nos pusimos a conversar, luego unas fotos, un selfie.... "Hermano, ¿como puedo comunicarme con usted?". Luego de darles mi correo me despedí de ellos.
Al día siguiente llegó el Colegio "Fe y alegría 33" de "Mi Perú", Ventanilla, la gran mayoría señoritas. Después de mostrarles quienes somos los Oblatos de Nuestra Señora de la Soledad, les comencé a preguntar a qué pensaban dedicarse y la mayoría, como es normal, pensaba en la universidad; pero uno de ellos, Giancarlo Bruno, de catorce años, me dijo que quería ser cheff o dedicarse a las industria de las confecciones. Después de animarlos a seguir adelante con sus sueños y proyectos me despedí de ellos. Pero Giancarlo regresó: quería conversar conmigo y hablamos como dos horas. Me contaba como le interesaba el mundo de la cocina, de la industria textil, donde soñaba con estudiar, que tenía habilidades para hacer otros trabajos, entre ellos carpintería y que había hecho en madera un juego de ajedrez. Mientras me contaba todo eso, con sencillez, sin esos "aires" de soberbia que tienen otros, yo recordaba el video "Vigilantes de la noche" de los monjes benedictinos (a quienes conocí el año pasado cuando hice mis Ejercicios Espirituales en el Monasterio de la Encarnación de Pachacamac). Conversamos mucho, compartimos un vaso de chicha morada y un sanguchito (que nos dejó la OMP para los Hermanos Oblatos), le dije que, si su vocación era ser religioso sería muy útil; pero, si se quedaba como laico podría hacer mucho siendo empresario y dando empleo a mucha gente; que Dios le había hecho un joven muy valioso y, recordando la frase de san Ireneo "La gloria de Dios es el hombre viviente" le dije que él, con todo lo que es, es la gloria de Dios. Pasada la una de la tarde nos despedimos, no sin antes dejarle mi correo.
Esos jóvenes necesitaban oir una Buena Noticia: ustedes son valiosos, Dios los ama, los comprende, con sus sueños y desilusiones (que no son pocas). Necesitaban alguien que les de aliento, que no los juzgue ni condene por usar un arete o escuchar música de moda. Necesitan que la Iglesia les sonría, no solo a aquellos "devotos" a quienes podemos jalar para el seminario o el noviciado. Son los que están en los cruces de los caminos, esperando que los inviten al Reino. Ahora que escribo esto, recuerdo con mucho cariño a Marcos, a quien conocí en Breña hace seis años, cuando iba a hacer su Primera Comunión, y que aún no termina de creer que Dios confía en él.
Ahora, veinte años después, entiendo porque la primera vez que hice los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, me daban la Buena Noticia de que Dios me quería y creía en mi; Buena Noticia que me tomó un año entero creerlo no solo con la mente, sino con el corazón, y que Dios me hizo transmitir a estos jóvenes y a muchas personas más. He sembrado una semilla en los corazones de estos jóvenes, Dios hará el resto.