viernes, 29 de mayo de 2009

EL ESPIRITU DE DIOS SIGUE EN LA IGLESIA


Este 31 de Mayo, Domingo de Pentecostés, concluye el Tiempo Pascual que iniciamos el Domingo de Resurrección. Celebramos en este día el misterio de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles como don de Cristo Resucitado, invitándonos a ser testigos valientes de Jesucristo y "piedras vivas" de la Iglesia.
Pero se testigos valientes de Jescuristo presenta hoy en día muchas dificultades: se dejan de lado los criterios que propone el Evangelio, tildándolos de "anticuados" o "pasados de moda", se critica con mucha facilidad a la Iglesia, se busca enfrentar a cristianos contra cristianos (y Obispos contra Obispos), y se resaltan los pecados cometidos por sacerdotes y religiosas, escarbando vidas privadas y procesos judiciales, no para informar sanamente, sino para atacar a la Iglesia, pintándola como una "reliquia del pasado"y presentándola no como una Madre, sino como una "madrastra" (como las que encontramos en los cuentos de "Blanca Nieves" o "La Cenicienta") que hace la vida imposible a sus entenados.
Ante estos signos de contradicción debemos volver al Evangelio. Cundo Jesús funda la Iglesia constituye a Pedro como Cabeza visible de la misma, y le anuncia que "el poder del infierno no la derrotara" (Cf. Mateo 16, 13-19); es decir, que todo lo que el poder del mal lance contra la Iglesia (los pecados de sus miembros, malos entendidos, ataques, etc.), no la destruirán. Y para garantizarnos esto Jesús, antes de subir al cielo, nos promete: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28, 20); y en Pentecostés envía al Espíritu Santo para que guíe y anime a la Iglesia, para que convierta a los discípulos cobardes y miedosos en valientes testigos del Evangelio (Hechos 2).
Esta promesa de Jesús no ha dejado de cumplirse: a lo largo de la historia de la Iglesia han habido muchas dificulatdes y tensiones: "somos hombres y no ángeles de luz" (como dice un canto de Cesareo Gabaraín), pero al final la Iglesia triunfará. Y para hacernos pregustar este triunfo el Espíritu Santo suscita en la Iglesia muchos ejemplos de santidad, no solo en los santos que veneramos en los altares, sino también en tantos hombres y mujeres que, desde la sencillez de sus vidas y de sus diversas responsabilidades, nos dicen que el Evangelio no está pasado de moda, que es posible vivir nuestro cristianismo no "a mi manera", sino "a la manera de Jesucristo". Y el Espíritu Santo mueve a la Iglesia para adaptarse a las diversas circunstancias de la historia, sin que ello signifique traicionar o dejar de lado el Evangelio (recordemos que el Beato Papa Juan XXIII, al convocar al Concilio Vaticano II, pidió que abramos las puertas al Espíritu Santo, para adaptar a la Iglesia a las exigencias del siglo XX). Y es ese mismo Espíitu quien hace surgir mcuhos carismas y ministerios para construir a la Iglesia: catequistas, agentes de pastoral que visitan las casas, laicos que llevan la Comunión a los enfermos, nuevos grupos y movimientos eclesiales.
El llamado a la santidad no es privilegio de unos cuantos, o de los sacerdotes y religiosos. Todos estamos llamados a la santidad, a ser testigos de Jesucristo, a vivir en Comunión con Dios, sea cual fuere nuestro carácter y nuestra forma de ser, con lo bueno que hemos recibido y tambien con nuestras debilidades (que con la gracia de Dios iremos superando). Todos estamos llamados a construir el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia: algunos lo harán participando de algún grupo parroquial o movimiento apostólico, otros (porque la salud o las responsabilidades no les permiten hacer apostolados) desde la santidad de su vida ordinaria, lo importante es estar en unión con Cristo y con la Iglesia. Haciendo vida el Evangelio brillará la santidad de Dios entre nosotros y mucha gente se acercará a Cristo, no solo por nuestras palabras sino también por el testimonio de nuestra vida.
Que el Espíritu Santo mueva nuestros corazones y nos acerque más a Cristo y a su Cuerpo que es la Iglesia.
Notas:
1º El título y contenido de este artículo evoca a una canción de Luis Enrique Ascoy "El Espíritu de Dios sigue aquí".
2º Este artículo lo publiqué en el Boletin de la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados del 19 de Mayo del 2002. Lo comparto con ustedes después de haber oido, con muchísimo dolor, las noticias referidas al P. Alberto Cutié quien ha dejado la Iglesia Católica para incorporarse a la Iglesia Episcopal de raiz Protestante Anglicana; pero con mucha mas confianza en las palabras de Jesucristo: "el poder del infierno no derrotará a la Iglesia"; "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo"
3º Les invito a escuchar el Himno "Veni, Creator Spiritus", con el cual la Iglesia invoca al Espíritu Santo. Lo he tomado de youtube.

domingo, 10 de mayo de 2009

MISION IMPOSIBLE

A propósito del "Día de la Madre"

Hoy celebramos el “Día de la Madre”, y nos hemos acordado de nuestras mamás. Yo he aprovechado la tarde para estar con mi familia.
Recuerdo que cuando era niño me gustaba mucho declamar en esta ocasión en el colegio. Hoy no recuerdo de memoria ninguna poesía, solo se me viene a la mente la declamación del tango “Silencio en la noche” que hizo mi amigo Martín Jurado en 1986. (Les invito a escucharlo cantado por Carlos Gardel en http://www.youtube.com/watch?v=sYBOYLpJPPI).
Las poesías, canciones, tarjetas y otras cosas por esta celebración, suelen caer en el exceso de pintar a nuestras madres como seres de otro planeta, perfectos en todo, de belleza indescriptible. Eso está bien y es verdad, pero exageran, porque las madres a las que saludamos en este día son de carne y hueso y hay que reconocer que si bien es cierto nos dan su cariño y su dedicación, también tienen defectos, cometen errores y muchas veces reniegan (con razón o sin ella), nos mandan a hacer o a comer lo que no nos gusta, están cansadas y maltratadas por la vida, el tiempo y el trabajo. No creo que las mamás de las poesías existan así como dicen; pero si existen, y por eso las amamos y saludamos, las mamás de carne y hueso, las de la vida real.
Dentro de este orden de ideas, quiero contarles una anécdota que me sucedió con mi mamá. Y por favor, este es un caso de la vida real, no hay nada inventado.
En el verano de 1997, mi hermana había terminado sus estudios universitarios y para sacar el título de Ingeniero alimentario necesitaba hacer un curso.
Una “hermosa mañana”, mi mamá me pasa la voz y me dice: “Tu hermana necesita que le consigas un libro que está en ESAN (Escuela de Administración de negocios para graduados)”.
“Bueno, y ¿cómo se llama ese libro?”, pregunté
"No sé”, respondió mi mamá.
"¿Y quién es el autor?”, volví a preguntar.
“Tampoco lo sé”, me dijo mi mamá.
“¿Y cómo voy a buscar un libro del que no se cual es el título, ni el nombre del autor?” pregunté inquieto.
Mi mamá me respondió: “Bueno, aquí tienes la fotocopia de una de sus páginas, busca el libro y se lo traes a tu hermana”
¿Se imagina usted, mi amable lector, tener que buscar un libro sin saber su título, su autor, y con sólo la fotocopia de una de sus páginas? Allí mi mamá se consagró como la campeona de las misiones imposibles. A veces pienso que el cuarto mandamiento de “Honrar padre y madre”, en ocasiones es el más difícil de cumplir. Y motivado (mas bien obligado) por ese mandamiento, salí a cumplir con mi misión, no sin antes renegar (para variar) por semejante encargo.
Primero me fui a ESAN, pero no pude entrar porque, además de no ser alumno de la institución, había una actividad allí. Entonces decidí ir a la Universidad Católica, donde yo estudié y buscar en la Biblioteca.
Una vez en la Biblioteca la pregunta era como dar con el dichoso libro sin más datos que la fotocopia de una página. Y, ¿saben qué? Encontré el libro. ¿Cómo?
Bueno, lo primero que pensé era que si el libro estaba en ESAN, era probable que el libro sea editado por esa institución, así que busqué en el fichero los libros editados por ESAN. Por otro lado la fotocopia del libro me indicaba cuanto medían las páginas del libro y recordé que las fichas de los libros contenían ese dato. Así que con eso ya me fue fácil ubicar el dichoso libro, y comunicar el hallazgo a mi mamá, para lo cual le llamé por teléfono.
“Alo. Mami, ya encontré el libro que me pediste”. Le dije.
Mi mamá me respondió: “Gracias, hijo, pero tu hermana no necesita ese libro”

¡FELIZ DÍA, MAMITA!

martes, 5 de mayo de 2009

ACOLITOS

Señor Jesús:
Tú nos has llamado a tu santo servicio.

Estamos orgullosos de servirte en el Altar...

mientras el sacerdote celebra el Sacrificio de la salvación.

Abre nuestros oídos a tu Palabra
que ella nos enseña el camino hacia Ti.

Danos la fuerza de ofrecerte nuetras vidas.

Danos la gracia de vivir unidos a Ti
llenándonos de tu amor.

Déjanos aprender de Ti...

dándonos a los demás...

como Tú lo haces en la Santa Comunión.

Permanece con nosotros, Señor.

Guíanos a tu Santo servicio.

Condúcenos al Padre.

ASI SEA.

¡GRACIAS ACOLITOS DE DESAMPARADOS POR TANTO BIEN RECIBIDO!

Fotos de la Misa y entrega de túnicas a los acólitos de la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados, realizado el pasado Domingo 3 de Mayo.
Los textos que acompañan a las fotos corresponden a la Oración del Acólito que rezamos en las reuniones y antes de cada Misa.