Al finalizar este Año
nos reunimos en torno a ti.
Sabemos que Tú, Jesús,
eres el Señor del tiempo y de la historia,
el mismo de ayer, de hoy y de siempre,
que caminas junto a nosotros en cada momento de nuestra vida.
Hoy nos reunimos
para darte gracias por el año que terminamos,
por las muestras de tu amor,
por tu compañía en los momentos difíciles,
y te pedimos perdón por aquello que no hicimos bien.
Al comenzar un nuevo año
queremos consagrarlo a ti,
con todo lo que nos traerá:
sus alegrías y sus penas,
sus aciertos y sus errores.
Te damos gracias por el don de la vida.
Te pedimos Señor
que nos concedas salud
para cantar tus alabanzas;
para construir tu Reino
en cada acto que realicemos.
Concédenos paz y alegría,
y que esta alegría que tengamos,
por mas pequeña que sea,
sea extremadamente contagiosa
para todos los que nos rodean.
Que no nos falte trabajo,
danos sabiduría y prudencia
para hacerlo bien.
Que ante las dificultades y problemas de la vida,
no nos falte tu luz para saberlos resolver
y afrontar;
que no nos falte corazón
para amar a nuestro prójimo
aun cuando ellos sean los causantes de nuestras dificultades.
Que no nos asuste la cruz,
ni la soledad, ni la enfermedad,
ni los problemas,
ni lo que otros nos digan ante tal o cual situación
porque sabemos
que Tú siempre tendrás la última palabra.
Que caminemos siempre
tomados de tu mano
y de las de Santa María, nuestra Madre.
Danos, Señor Jesús,
tu amor y tu gracia
que esta nos basta.
Amén.
sábado, 31 de diciembre de 2011
viernes, 23 de diciembre de 2011
NAVIDAD NO, NAVIDAD SI.
Me ha dejado pensando el saludo que estos días se escucha por algunos lugares: se dice simplemente "Felices Fiestas". Y cabe hacerse la pregunta ¿Qué fiestas?; casi me da la impresión que ya no se quiere decir "Feliz Navidad", porque bien sabemos que la Navidad es el Nacimiento de Jesús y, como algunos enarbolan la bandera de la "sociedad laica" (o mas bien una sociedad atea), mejor se le quita su sentido religioso a estos días y así no se hiere la susceptibilidad de los no creyentes o de los que creen "a su manera".
Hace algunos años leía que se tiene la idea de que el "espíritu navideño" consiste en vivir en un mundo sin problemas, ni conflictos; y claro, cuando uno atraviesa momentos difíciles o lleva sobre si el "peso de la cruz", entonces no tiene el "espíritu navideño" y esa es la causa de que mucha gente esté deprimida en estos días, que deteste la Navidad y hasta lleguen al extremo de querer suicidarse. Pero también podemos añadir que otros consideran que el "espíritu navideño" es equivalente a "tener dinero", pues si hay dinero se darán los regalos que harán felices a los seres queridos, podrán comer el pavo de la mejor avícola o el panetón de mejor calidad; y claro, si no hay dinero, entonces no hay regalos (con lo cual no hay felicidad), y se comerá lo de todos los días (si es que se come algo).
Hace un par de semanas, en la reunión de Acólitos Mayores en la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, Carlos nos decía que no hay que perder la tradición de estos días; pero después "afinamos" un poco sus palabras y dijimos que mas bien no hay que perder lo que la tradición celebra en estos días. Y esa celebración es Jesús.
Es necesario volver a lo fundamental, es decir a buscar y contemplar a Jesús que ha nacido en Belén. Y es allí donde nace la tradición que celebra este acontecimiento: regalamos y compartimos porque Jesús nos invita a dar felicidad a otros, nos reunimos para comer en familia porque el nacimiento de Jesús nos llena de alegría. Y si no hay dinero o estamos pasando por momentos difíciles, eso no será impedimento para que nos reunamos en torno al Niño Jesús, porque de lo que se trata es de estar junto a Él y de contemplar el misterio de su nacimiento.
Navidad es el cumpleaños de Jesús. ¿qué le vas a regalar? Es bueno si le regalas el compartir con otros que no tienen; el reunirte con tu familia, haciendo un alto a tu vida agitada, y comer juntos. Pero sobretodo, regálale a Jesús tu cariño, tu compañía, tu oración con tu familia. Y si en estos momentos sufres o estas solo, no dejes de darle tu corazón, que a pesar de tus dificultades ha querido hacerse presente en Belén y descansa junto a Él. Lleva en tu corazón los nombres de las personas a quienes te gustaría tener a tu lado en esta Navidad y piensa que si ya están delante de Dios, ellos estarán rogando por ti. Si tienes un mal recuerdo porque en años anteriores han tenido algún dolor en Navidad, deja que la sonrisa del Niño Jesús recién nacido cure tus heridas, te de la paz y te ayude a superar tus dificultades.
Deseo, estimado lector, que en esta Navidad tengas a Jesús. Si lo tienes a Él, lo demás vendrá por añadidura.
¡FELIZ NAVIDAD CON JESÚS!
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