miércoles, 23 de diciembre de 2015

REGALOS DE NAVIDAD

Nacimiento de la iglesia
de Nuestra Señora de la Soledad.
En los días previos a la Navidad mucha gente anda preocupada (y estresada) por el tema de los regalos: qué regalarle al cónyuge, al enamorado (a), a los padres,a los hijos, a los sobrinos, a los nietos, al "amigo secreto", al amigo público, al jefe, a quien le debemos un favor... Cada quien, según su gusto y capacidad, irá buscando que regalar en esta Navidad. Personalmente creo que debería volverse a la costumbre que hay en España y en otras partes del mundo de dar regalos el día de la Epifanía (6 de Enero o Domingo mas cercano), en que conmemoramos la visita de los "Reyes" Magos al Niño Jesús llevándole regalos de oro, incienso y mirra.
Un regalo es algo que se entrega como signo de aprecio, de cariño, de cercanía hacia otra persona. De allí que un regalo puede ser cualquier "cosa" que haga feliz a quien lo recibe. No siempre los regalos mas caros son los que hacen mas felices a los demás, a veces hay cosas tan sencillas (y hasta gestos como un abrazo cariñoso) que pueden dar alegría y felicidad a otras personas y se conservan con mas cariño y aprecio que un objeto muy valioso (se me viene a la mente la hoja de papel de cuaderno con un saludo muy cariñoso que me dió, hace varios años, un niño de nombre Alonso, alumno del Colegio "Hermano Anselmo María"; y el rostro de felicidad de unos niños a quienes acompañé en su catequesis de Primera Comunión).
Me da gusto cuando veo que muchas personas e instituciones hacen regalos a niños de escasos recursos económicos, llevándoles algo que les arranque una sonrisa y un momento de felicidad a estos pequeños que muchas veces encuentran dificultades y problemas. Es verdad que algunas mamás abusan de esto llevando a sus hijos a cuanto reparto de regalos hayan y, además, protestando cuando el regalo no es de su gusto; pero en fin, son gajes del oficio que tienen que manejar quienes organizan estas actividades.
Pero si nosotros somos generosos con nuestro prójimo, Dios es mucho mas generoso: nos da a Jesucristo como regalo de Navidad. Y los primeros en recibir ese regalo fueron María, José, los pastores, Simeón, Ana, los Magos de Oriente... y de allí a toda la humanidad de todos los tiempos. En Jesucristo Dios mismo se nos entrega como regalo, en Él recibimos el cariño, la compresión, la ternura, el abrazo de Dios Padre que quiere que todos los hombres se salven.
Para dar regalos cualquier ocasión es buena, pero darlos en Navidad es recordar que Dios nos amó primero y nos da a su Hijo; es celebrar que somos hijos en el Hijo: Un objeto, una tarjeta, un abrazo, una visita a un familiar, a un enfermo, la reconciliación con otra persona... cualquier regalo que se de en Navidad es porque compartimos con los demás el amor de Dios que se hace hombre en Jesús, que en ese Niño de Belén está la ternura y el cariño de Dios.
Aunque no está en el Evangelio, sabemos por San Pablo que Jesús dijo que "hay mas alegría en dar que en recibir". Cuando vemos que lo que hemos regalado ha dado un momento de felicidad y alegría a quien lo ha recibido, entonces vemos que las palabras de Jesús no son "palabras bonitas", sino una realidad que podemos comprobar (habla la voz de la experiencia). Y eso no tiene precio.

¡Feliz Navidad con Jesús!

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