viernes, 24 de septiembre de 2010

NEOPLASICAS


Cuando en la Semana Santa pasada escribía mi comentario a las Siete Palabras de Cristo en la Cruz desde mi experiencia de visitar el Hospital de Enfermedades Neoplásicas (a donde fui a visitar a mi tío Julio, recientemente fallecido) no me imaginaba que 5 meses después tenía que frecuentarlo acompañando a mi mamá a quien operaron hace poco mas de un mes de un melanoma uvual (tumor canceroso en el ojo).
Como lo comenté en aquella ocasión, la palabra "cáncer" nos asusta: es casi un preludio de la muerte, de una enfermedad penosa que llena de sufrimiento al paciente y a su familia. La incertidumbre de no saber que tan grave es o cuanto tiempo de vida queda nos llena de angustia. Gracias a Dios la situación de mi mamá fue manejable y, con la ayuda de Dios que ilumina las mentes de los médicos para crear nuevas técnicas en el tratamiento de esta enfermedad, mi mamá se va recuperando favorablemente y ha vuelto a sus actividades ordinarias.
Durante mis visitas a neoplásicas me quede impactado de dos cosas que quiero compartir con ustedes:
1º He podido ver el esfuerzo de la ciencia cuando se trata de salvar una vida. La ciencia progresa, y esto hay que agradecerle a Dios que ilumina, como ya dije, la mente de los médicos y científicos en sus estudios dirigidos a salvar la vida, no solo en lo que se refiere al cáncer, sino también en lo que se refiere a otras enfermedades y malformaciones congénitas. Cuando, por esos días estuve en un "Hospital de la Solidaridad" (para atenderme de una lesión que me hice en el hombro derecho por jugar fulbito con los Acólitos de Desamparados), vi un vídeo sobre la "niña sirenita" (niña que habia nacido con las piernas unidas) y pude ver como gracias al esfuerzo de los médicos de dicha institución fue operada y hoy es un niña normal que juega y hasta baila marinera. Al ver esto me preguntaba: ¿Cómo es posible que haya gente que apruebe el aborto o la eutanasia, cuando la ciencia hace grandes esfuerzos por salvar la vida humana? Me imagino que si alguno de esos defensores del aborto habría visto por una ecografía que la "niña sirenita" tendría las piernas unidas seguramente hubiese aconsejado abortarla "porque tenía una malformación congénita y estaría condenada a no ser una niña normal". Y pensaba en tantos padres de familia que hacen hasta lo imposible por salvar la vida del hijo con malformaciones u otras enfermedades que le dan pocas esperanzas de vida (y hablo de casos de la vida real); en tantas personas que le piden a la ciencia el mayor de sus esfuerzos para salvar la vida de un paciente con enfermedades graves y buscan los medios económicos para poder solventar los gastos que eso genere. Al ver todo esto, yo reafirmo mi opción por la defensa de la vida y mi rechazo al aborto y a la eutanasia; y pienso que cuando hay amor se lucha por salvar la vida, aunque parezca imposible; pero cuando hay egoísmo se busca la fácil salida del aborto o la eutanasia.
2º He visto de cerca el "Vía Crucis" de tantas personas que tienen que sufrir por el cáncer propio o de un familiar. Ustedes no se imaginan lo impresionante que es ver en el Hospital de Neoplásicas a gente consumida por la enfermedad, con sus turbantes y gorros en la cabeza para cubrir la falta de cabello consecuencia de la quimioterapia; algunos de ellos solos, haciendo cola para la atención médica; otros con el rostro deformado (y he visto a uno terriblemente deformado) atendidos por un familiar que lo transporta en silla de ruedas, superando la repugnancia que debe causar el verlo y atenderlo; es impresionante ver como el cáncer no respeta ni condición social ni edad (no se imaginan lo terrible que es ver a niños y jóvenes con cáncer). Y me preguntaba ¿Cómo se puede soportar todo este Calvario? Y la única respuesta que tenía era "Dios". Sin Dios no se puede soportar nada de eso, el tormento se hace imposible. Solo la ayuda Dios nos da fuerzas para afrontar ese duro momento, nos anima a seguir luchando. Y he visto a tanta gente entrar a la Capilla del Hospital en busca del consuelo y la fuerza que solo Cristo Resucitado nos puede dar en el momento. Y puedo decirles, por experiencia propia, que uno puede experimentar la presencia y la compasión de Dios que no es como nosotros, interesado o vengativo; sino que está lleno de misericordia con sus hijos, no importa que tan santos o pecadores seamos.
Por eso les pongo la imagen del Señor de la Divina Misericordia que se venera en la Capilla del Hospital de Neoplásicas de Lima, que, si la ven bien, es una imagen de Jesús que sonríe a los que van a mejorar de su enfermedad, dándoles aliento y fortaleza; y sonríe también a los que pronto dejarán este mundo, para fortalecer su fe, diciéndoles que los espera en el cielo para darles el abrazo que dura para siempre.

1 comentario:

Anna Antizana dijo...

Muy bonito su comentario es cierto yo he visto gente que quiero mucho que ha muerto de cáncer y en mi familia tengo sobrevivientes de cáncer por la gracia de Dios.Es cierto Dios no es vengativo ni interesado como nosotros.Saludos y Bendiciones