viernes, 17 de julio de 2009

¿QUIEN NOS SEPARARA DEL AMOR DE DIOS?


El día en que yo cumplía años la Liturgia de las Horas nos proponía, en el Oficio de Lectura de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, este texto les transcribo:

"Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogenito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó.
Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros?
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro".

Romanos 8, 28-39

Lo he meditado muchas veces, aun en momentos de turbulencia espiritual: Dios dispone de todo para nuestro bien. A veces no entendemos las dificultades y pensamos que Dios nos ha abandonado. Sin embargo la última palabra siempre la tiene Dios. Pase lo que pasa no nos deja de amar y no nos abandona.
No quiero hablar más sobre el texto. Lo dejo para que usted, mi amable lector, lo lea con el corazón y lo ore con calma. De lo que se trata es de que el texto nos hable al corazón y de pedirle al Señor que nos conceda experimentar su amor que no nos abandona, aun cuando la vida se torne difícil.
Que Dios nos llene de paz espiritual y nos haga experimentar en nuestra vida estas palabras de San Pablo.

Para ti, amigo, que en estos momentos estás sufriendo y que buscas en la fe tu consuelo y tu fortaleza.
Escuche la Canción de Kiko Argüello "¿Quien nos separará?" en http://www.camino-neocatecumenal.org/neo/CARISMAS/cantores/cantos_de_kiko%201972.htm

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