jueves, 10 de diciembre de 2009

PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR


Evangelio según San Lucas.
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios".
La gente preguntaba a Juan: "¿Entonces qué hacemos?" El contestó: "El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo." Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: "¿Maestro, qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No exijáis mas de lo establecido." Unos militares le preguntaron: "¿Qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga."
El tráfico de la ciudad de Lima es un caos: varias de nuestras calles están llenas de huecos (miren sino la Av. Nicolás Ayllón en su cruce con la Av. Méjico); obras en la vía expresa de Paseo de La República, en la Av. Alfonso Ugarte y en otros lugares mas. Si salimos fuera de Lima varios caminos son trochas sin asfaltar que llevan años esperando que el gobierno de turno las aregle (se me viene a la mente el camino que hay entre el Arco de Jicamarca a la Casa de Ejercicios de los Padres Jesuitas en Huachipa). Cuando nos encontramos con esta situación es dificil dirigirnos a nuestro destino en el tiempo adecuado, el tráfico se torna insoportable, pueden suceder accidentes, nuestros vehículos y calzados se deterioran.
Cuando comentaba esto a los Acólitos de Desamparados la semana pasada uno me dijo: "Y eso ¿qué tiene que ver con el Evangelio?". A lo que otro dijo: "Ah, ya entendí..." ¿Lo entendió usted, mi amable lector?
San Lucas nos presenta a Juan el Bautista predicando en un momento histórico concreto: "El año quience del reinado de Tiberio..." Ha llegado la hora y el momento esperado, para salir a gritar en el desierto: "Preparad el camino al Señor..." En el desierto de nuestra vida, allí donde parece que nadie escucha, donde todo es estéril y sin vida Dios envia a su Mensajero para decirnos que el Señor está cerca, que hay que prepararle un camino para que el llegue. Hay que limpiar el corazón, abrirle los brazos y el corazón al Salavador que viene a nuestro encuentro en medio de nuestro mundo y nuestra sociedad actual y concreta. El Señor no viene en la atemporalidad de un cuento o de una fábula, sino en un momento histórico concreto, en nuestra vida concreta aquí y ahora; y es ahora cuando hay que hacerle un camino para que venga a nosotros.
"Preparad el camino al Señor". Muchos dirán: "Qué bonitas palabras, pero y eso ¿qué significa en concreto?"
El pueblo de Israel se hacía la misma pregunta y le dijeron a Juan el Bautista "¿Qué tenemos que hacer?". Las respuestas iban a lo concreto de la vida de cada persona: a los que tienen bienes, compartir; a los que cobran impuestos, que no cobren mas de lo debido; a los militares, que no abusen de su poder... Y podríamos añadir: a los estudiantes, que estudien a conciencia; a los esposos, que sean fieles; a los que trabajan, que sean cumplidos con su trabajo... No les pide sino que cada quien haga bien lo que Dios le ha encomendado en su realidad personal, porque el camino del Señor pasa por nuestras familias, nuestro trabajo, nuestros amigos, por nuestra vida.
Y a ti, ¿qué te pide el Señor? ¿cuáles son los obstáculos, las piedras y los baches que no le permiten llegar al Señor a tu corazón y a tu vida?
Se viene la Navidad. Seguro ya pensaste en la cena, los regalos para tus familiares y amigos, y eso está bien. Pero... ¿Qué le vas aregalar al "dueño del santo", que le vas a regalar a Jesús en su cumpleaños? No basta con chocolatadas o regalos para los niños pobres, eso está bien y de hecho al hacerlo lo haces con el mismo Jesús presente en el pobre. Pero ¿te contentas con eso? ¿No crees que hace falta el regalo de tu corazón para Jesús en persona? ¿No hará falta el regalo de una buena confesión ante el sacerdote, con humildad y diciendo la verdad?
Hoy, en el año 2009, en este momento concreto, Juan el Bautista nos hace la misma invitación que hizo en tiempos de Tiberio: "Preparen el camino del Señor".
"¿Qué tenemos que hacer?". Tú tienes la respuesta.

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