sábado, 22 de noviembre de 2008

EL REINO "DEL MAS ALLA"


Seguramente por el título de este artículo usted pensará que me estoy refiriendo a cosas relacionadas con ultratumba, espiritismo, magia negra, etc. Nada de esto. Hoy es la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, y es una oportunidad para reflexionar sobre el Reino de Dios que Jesús ha venido a predicar entre nosotros y que nos ha encargado construir.
Y, si pongo la frase “Reino del más allá”, es porque muchas veces pensamos que el Reino de Dios, o el Reino de los Cielos (como lo llama Jesús en su predicación) es algo que sólo va ocurrir al fin del mundo, o después de nuestra muerte, y que, por lo tanto, como será “en el más allá” no hay nada que hacer en el “mas acá”.
Los textos litúrgicos de la Fiesta de hoy nos hacen ver cómo es el Reino que quiere Jesús: un Reino de justicia, de amor, de paz, donde todos los hombres seamos hermanos, donde seamos solidarios con aquellos que sufren, donde no se discrimine a nadie. Y, en otras oportunidades, compara a su Reino con una fiesta, un banquete donde todos están invitados, donde se come lo mejor, donde se tiene el gusto de estar con otras personas (Mateo 22, 1-14)
Este reino, que nos puede parecer una utopía, se construye aquí y ahora. Si escuchamos atentamente el Evangelio de hoy, nos daremos cuenta que, cuando Jesús venga como Rey, llamará a compartir la Fiesta definitiva de su Reino a todos aquellos que fueron solidarios con quien lo necesitaba: “Tuve hambre, sed, estaba solo, desnudo, en la cárcel (no interesa si justa o injustamente) y tu me ayudaste…”, aunque no lo hayan reconocido; y despedirá de su Reino a aquellos que no ayudaron a sus semejantes, porque las veces que hicimos o no una obra de bien “con uno de sus hermanos mas pequeños” con él lo hicimos o lo dejamos de hacer. (Mateo 25, 31-46)
¿Qué Reino construimos entre nosotros? Somos un país católico, donde amamos al Señor y a la Virgen nuestra Madre, y lo mostramos con nuestras celebraciones religiosas. Pero, ¿no somos también un país donde el reino de Dios está lejos de nosotros? ¿No vemos acaso que la corrupción, la violencia, el aborto, la infidelidad matrimonial, el pago de salarios injustos, la discriminación, etc. van en contra y destruyen el reino de Dios? y lo peor de todo, es que muchos de los involucrados en estos actos son hermanos nuestros, que un día fueron bautizados, hicieron su Primera Comunión, le dieron el corazón a Cristo. La semilla del Reino que se sembró en ellos no dio fruto. (Mateo 13, 24-43).
No quiero, amable lector, desanimarlo. Por el contrario, lo que quiero es animarlo a construir el Reino de Dios aquí y ahora. Un Reino en el cual vivamos los valores del Evangelio, no solo la justicia, la paz y la solidaridad, sino también la misericordia para ayudar a levantarse al que ha caído. Un Reino al cual estamos llamados todos, sin discriminación alguna, (Mateo 20, 1-16) en el que todos tenemos un lugar para trabajar; y al cual siempre tendremos la oportunidad de regresar, si decidimos poner el hombro para construirlo.
Hoy en día la figura de los reyes está muy venida a menos, tanto a nivel social (recordemos los escándalos de las monarquías europeas), como a nivel político (en la mayoría de las monarquías “El Rey reina, pero no gobierna”); las monarquías son casi “figuras decorativas” de los países que las conservan. Jesucristo quiere ser nuestro Rey, un Rey que reine y gobierne de verdad, como decimos en la canción que seguramente hemos cantado o recordado hoy “en nuestra patria, en nuestro suelo”. Depende de nosotros que Reine en nuestra patria, en nuestro suelo, en el “más acá”; y no esperar para que esta realidad sea solo del “más allá.

Nota: Hoy, día de Cristo Rey doy gracias a Dios por el 22 aniversario de mi Confirmación recibida el 23 de Noviembre de 1986 en la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, por el ministerio de Mons. Alfredo Noriega Arce, S.J.; y porque en la Víspera de esta Solemnidad y de este aniversario me ha concedido ser padrino de Confirmación.

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