sábado, 3 de octubre de 2015

ES OCTUBRE

Este año, como nunca, me he sentido animado ante la llegada del mes de Octubre (nunca antes había saludado por el "Año Nazareno); creo que dos de mis amigos que participan en la Hermandad del Señor de los Milagros me han contagiado su entusiasmo, el mismo que se ha sumado a la devoción que tengo desde niño y que se ha acrecentado a lo largo de estos años, sobretodo desde que soy Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad, al punto que he madrugado para estar con otros Hermanos Soleanos en la Misa que celebra el Arzobispo de Lima las 6.30 a.m. en la Av. Tacna (imagínese, levantarse a las 5, darse una ducha con agua fría y salir de la casa a las 5.30 para encontrarnos en la Av. Tacna a las 6).
Es Octubre y nos vestimos de morado, o mas bien, de fiesta: "Octubre mes morado en que se engalana Lima..." y con banderines y pancartas, se adornan las calles. Se hace fiesta con valses, guitarra y cajón, música criolla que se hace sagrada porque le canta con el alma al Cristo Moreno. Los turrones, picarones y anticuchos que se venden cerca la iglesia de las Nazarenas y que van cerca de la procesión son parte de la tradición, expresión de la alegría y la de fe limeña. 
A Octubre le llaman la "Cuaresma peruana"y mas bien parece Pascua, pues aunque acompañamos a una imagen de Jesús Crucificado, sabemos que Él esta vivo entre nosotros; aunque se nos exhorta a la penitencia, sabemos que es para tener el gozo y la alegría de reconciliarnos con Dios. Parece que hasta el clima de esta ciudad (que hasta hace unos días era frío y gris) se hace parte de esta fiesta porque el sol primaveral comienza a brillar.
Es octubre y el Señor saldrá a las calles. Y nosotros en su búsqueda, "¿Por dónde está el Señor?". Y allí iremos, solos o acompañados; muchos llevándole una necesidad, una pena, una petición, propia o ajena. Y como las multitudes que seguían a Jesús, trataremos de estar cerca de él lo mas que se pueda, de buscar su mirada, de decirle "Escúchanos Señor". 
En el fondo salimos para darnos un abrazo con Jesús, con "El Viejo", como cariñosamente le dicen los miembros de la Hermandad. Necesitamos darle un abrazo a Jesús, al Señor de los Milagros, un abrazo de cariño, de consuelo, de paz; abrazo para el que sufre, para el que está contento, para el que está necesitado, para el pecador, para el enfermo... ¿Quien no quiere un abrazo con Jesús? En la Comunión de cada Misa le damos un abrazo, pero muchos que no pueden comulgar necesitan este abrazo y por ello acuden a la procesión, a las Nazarenas. Y saben que Jesús abraza con el alma.
Es Octubre. Que sea tiempo de gracia, de reencontarnos con Jesús, de darle un abrazo, de decirle lo mucho que le queremos, de presentarle lo que tenemos en el corazón. 
Es Octubre. Jesús, el Señor de los Milagros, el mismo del Evangelio nos está esperando con los brazos abiertos.

martes, 15 de septiembre de 2015

ERES MADRE DOLOROSA

Hoy la Iglesia universal celebra la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, y la Familia Soleana la celebra recordándola en el misterio de su Soledad, en la iglesia ubicada al costado de las Catacumbas de San Francisco, en el Centro histórico de Lima.
Estas celebraciones en torno a las imágenes de María nos hacen contemplar el dolor de Nuestra Señora en diversos momentos de la vida de Jesús, sobretodo en el misterio de su Pasión y Muerte. Sin embargo, corremos el riesgo de quedarnos en el aspecto puramente devocional, sin ninguna conexión con nuestra vida.
Para quienes hemos recordado en la iglesia de la Soledad, en los días previos al 15 de Septiembre, los Siete Dolores de Nuestra Señora y hemos participado con el corazón atento de las oraciones y la liturgia de estos días, nos vamos dando cuenta de que estos dolores no son solamente una devoción recreada por el arte y la piedad popular, sino que son los dolores de la humanidad redimida por Jesucristo, que se hacen visibles hoy en tantos hombres en el mundo. ¿Quién no sufre al enterarse de la enfermedad grave de un familiar, como María ante la Profecía de Simeón? ¿Cómo no recordar la Huida a Egipto cuando hemos visto al niño ahogado en la playa de Turquía? ¿Cuántos padres y madres no sufren cuando sus hijos se alejan, como María cuando Jesús se perdió en el templo? ¿No han visto ustedes a tantas madres encontrando a sus hijos en la Calle de la Amargura, cuando los van a ver al hospital o a la cárcel? ¡Qué dolor tan terrible es ver morir a un hijo (y lo he visto de cerca en familiares y amigos)! ¡Cuanto ha sufrido María cuando recibe el cuerpo muerto de Jesús, como tantas madres y padres que deben recoger a sus hijos de un mortuorio! Y al final, la Soledad de María, como tantos que se quedan solos con sus problemas, sus dificultades, su dolor, con la soledad de la vida. Parafraseando lo que dijo una de las integrantes de la Cofradía de la Soledad: quien ha pasado por esto, sabe lo que María ha sufrido.
Y allí necesitamos un consuelo, una mano que nos proteja, que nos haga sentirnos acompañados. Una mano maternal. Y allí está la mano de María, de Nuestra Señora de la Soledad. ¡Tus dolores son los de María ¡Ella sufre contigo!
Ponte a sus pies, ella que sabe lo que es estar sola, sin nadie, "Sola con su soledad", será tu compañera, tu consuelo. ¿Hay problemas en tu casa? Busca a María. ¿Has perdido a un ser querido? Acude a María. ¿Te han abandonado tus amigos? María no te abandona. ¿Atraviesas por una dificultad? Cuéntale a María. ¡Tienes una enfermedad o defecto, quizás horrible y vergonzante, de esos que asustan a todos? María te espera, ella no se asusta de nada.
Ella, Nuestra Señora de la Soledad te espera con los brazos abiertos para escucharte y acogerte. Ella, a quien con cariño la llamamos "Guapa", por lo hermosa que la vemos en su altar; es mucho mas guapa y hermosa de corazón con sus hijos que están solos.
Ella es Madre dolorosa, te comprende, te escucha. Búscala en tu soledad.
Y como hizo con Jesús, ella estará al pie de tu cruz y te recibirá en sus brazos. 
Y de la mano, con el cariño de una madre que defiende y protege a sus hijos, te llevará a Jesús cuyo corazón es ternura y misericordia.

"ECCE MATER TUA"
Ahí tienes a tu Madre,

(La imagen de Nuestra señora de la Soledad se venera en su templo ubicado en la Plazuela de San Francisco, esquina de Ancash y Lampa, en el Centro de Lima. Allí María te espera. Los Domingos tenemos Misa comunitaria a las 12.00 m.)

viernes, 31 de julio de 2015

MÚSICA MAESTRO 2 - SINFONÍAS DE BEETHOVEN

Según Wikipedia "una sinfonía es un tipo de composición musical para la orquesta dividida en cuatro movimientos, cada uno con tiempo y estructura diferente". Las he escuchado desde que era niño, se me vienen a la mente la "Sinfonía del Nuevo Mundo", de Dvorak; la Sinfonía Nº 40 de Mozart; la "Sinfonía Italiana", de Mendelsshon; la "Sinfonía Patética" de Tchaikovsky. Tantas para escuchar y disfrutar...
Ludwig Van Beethoven, compositor alemán nacido en 1770 y fallecido en Viena en 1827. Pese a que poco a poco fue perdiendo la audición hasta quedar totalmente sordo tiene varias composiciones musicales realmente hermosas, siendo famosas la Sonata "Claro de Luna", la pieza musical para piano titulada "Para Elisa", el Concierto para violín y orquesta (que, según se dice, se estrenó casi sin ensayar, pues la partitura se terminó de escribir a los pocos minutos de la presentación y, por si fuera poco Franz Clement se aprendió de memoria la parte del violín solista).
De todas las sinfonías de Beethoven la mas conocida es la Nº 5, al punto que ha sido "recreada" en otros estilos musicales (se me viene a la mente la que hicieron los "Bee Gees" en la película "Fiebre de Sábado por la noche", protagonizada por Jhon Travolta, quien se lanzó a la fama por sus bailes en dicho film).
Cuando comencé a aprender a tocar el piano a los 14 años y después tocaba el órgano mi interés se dirigió a la música sacra y a la música de órgano de Bach. Escuchaba poca música de Beethoven y, pese a que en la casa de uno de mis tios tienen las partituras de sus sinfonías arregladas para tocarlas en el piano, no me di el tiempo para hacer el intento de estudiarlas
Sin embargo, cuando del 1 al 9 de Agosto del 2005, me fui a hacer los Ejercicios Espirituales bajo la dirección del P. Fernando Jimenez Figueuela, S.J., tuve la oportunidad de "reencontrarme" con las sinfonías de Beethoven ya que esta era la música que ponían mientras comíamos en silencio (bueno también nos pusieron música de Vivaldi y de otros autores). Y en ese contexto de silencio, de apertura del corazón a Dios, de revisar nuestra propia vida, de ir conociendo a Jesús internamente para mejor amarle y seguirle, de darle gracias por tanto bien  recibido, la música de Beethoven sonaba diferente, nos acompañaba y nos ayudaba a "sentir y gustar de las cosas internamente". El corazón no se abría solo a Dios, sino también al arte, que no es sino expresión de la belleza y grandeza del Creador. 
De todas las sinfonías dos se me grabaron en el corazón la Nº 6, llamada "Sinfonía Pastoral", y la Nº 7. Volverlas a escuchar no es solo conectarme con la belleza de la música, sino revivir aquellos días de encuentro con Dios, de lucha espiritual, de compartir con otras personas una experiencia silenciosa, sin cruzar palabra alguna, pero nos sentíamos hermanos y amigos, pese a que recién conversamos alegremente en el almuerzo al final del retiro.
Por eso, hoy 31 de Julio, Solemnidad de San Ignacio de Loyola, escribo estas líneas con agradecimiento a Dios por ese tiempo de gracia en que "toda la bondad de Dios pasa delante de nosotros", por aquellos hermanos desconocidos que hacían la misma experiencia que yo, aunque por rumbos distintos (actualmente tengo contacto es con mi amigo Tito García, S.J., que estudia Teología en Roma y a quien le agradezco las bromas y sus oraciones por mi en la tumba de san Ignacio), y por la paciencia del P. Fernando que me acompañó en esta experiencia, escuchando mis ocurrencias, como la versión deportiva que hice de la "Parábola de la llamada del Rey" con la que San Ignacio comienza la Segunda Semana de los Ejercicios Espirituales
Ahora que escucho esta música para escribir estas líneas, se me viene a la mente las palabras del Salmo 146 que la iglesia reza en las primeras vísperas de la Solemnidad de San Ignacio de Loyola:
"Alabad al Señor que la música es buena,
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa"
Y en esa alabanza armoniosa nos damos un abrazo con Dios.

Les invito a escuchar las piezas musicales haciendo click en cada una de ellas.

sábado, 25 de julio de 2015

MUSICA MAESTRO

Después de tres meses retomo la tarea de escribir en este blog. No es que no haya tenido nada que decir: tenía planeado escribir un artículo sobre mi gusto por la ópera para el 24 de Junio (con fecha y todo), algunas confesiones de mi vida universitaria para el 16 de Julio; y está pendiente escribir un artículo sobre el armonio de la iglesia de la Soledad, pero aún no me he grabado tocándolo. Prometo que, en las próximas semanas iré compartiendo con ustedes estas experiencias.
Como lo dije en otra ocasión, quienes me conocen saben de mi gusto por la música clásica, gusto que me viene de familia. La he escuchado desde que estaba en las entrañas de mi madre y he crecido escuchándola en casa. Recuerdo que, cuando era niño, mi papá los domingos por la noche ponía sus discos en una radiola (parecida a la que ven en la foto) que teníamos en casa. Al oir esa música se imponía el silencio que mi mamá, mis hermanos y yo guardábamos con mucho respeto. Por lo general se oían piezas sinfónicas y música de violín, instrumento que mi papá toca, mas adelante, mi papá llevó dos discos de música de piano, donde Arthur Rubisntein tocaba piezas de Chopin; y cuando en 1979 compraron un tocacasette comencé a oir la música de órgano de Bach y "El Mesías" de Handel. Se nos hizo tan familiar, tan natural, que nos parecía extraño que haya gente que no aprecie la música clásica. Por mi parte le tomé interés, cariño y gusto, mucho más que mis hermanos. 
a la música clásica se le ha llamado "música seria" o "música culta", quizás por eso algunos le tienen un poco de rechazo y otros la escuchan con cierto prejuicio. Recuerdo que, cuando iba de campamento con los acólitos de Desamparados puse un casette de música clásica en el camino y el chofer, un hombre sencillo, se sintió encantado con lo que escuchaba, pero me pregunto "¿Qué grado de instrucción hay que tener para escuchar esa música?". Yo sonreí y le dije: "Ninguno, si le gusta, disfrútela".
De entre la música que escuchábamos cuando éramos niños, un autor que mi papá le tomó mucho interés fue Pablo de Sarasate, violinista y compositor español; al punto que no solo tenía grabaciones de sus obras musicales, sino también las partituras para violín y piano (alguna vez le he escuchado tocar alguna de ellas). Y hoy, mientras navegaba por internet, se me ocurrió escuchar alguna de sus composiciones. Quizás mas que escribir sobre él (pueden buscarlo en google), lo que deseo es invitarlos a escuchar su música que, como dice mi papá, es música que llega al alma, y que a mi me trae muchísimos recuerdos.
Este gusto por la música clásica (y por la buena música) me ha servido para servir a la Iglesia en la liturgia: tocar el órgano, cantar lo mejor que se pueda (recuerdo a un niño del Colegio "Hermano Anselmo María" que me preguntó "Manuelito ¿tú has cantado en la ópera?"), a buscar buenas piezas musicales para ambientar los templos, a apreciar y hasta cantar el canto gregoriano. Y porque no, también a apreciar la música popular y descubrir que tienen mucho de decir (siempre que escucho una canción presto mucha atención a la letra). La música nos puede llevar a Dios y a apreciar la belleza que viene de Dios.
De Pablo de Sarasate les invito a escuchar (haciendo click en los nombres): "Viva Sevilla" (que espero les agrade a mis Hermanos Soleanos), "Malagueña""Habanera""Capricho Vasco""Romanza Andaluza""Jota Navarra" y "Zapateado"; que son las piezas musicales que mas recuerdo haber oido de niño.
¡Que las disfruten!

miércoles, 22 de abril de 2015

IN MEMORIAM: MARISOL

Cuando muera, dulce será mi pena,
Igual que un sueño,
Sí, porque el paño enjugará Jesús,
gracias a tu sudario.
y consolará mis mejillas.
las lágrimas de mi sufrimiento

(Aria "Sanfte soll" del Oratorio de Pascua de J.S. Bach)

Querida "Sili":
Quedará perdida en la noche de los tiempos el origen de este "sobrenombre", que al principio no te gustaba y después tomaste con muy buen humor.
Llegaste al mundo quince días antes que yo, y eso siempre fue motivo de bromas de mi parte. Hemos compartido muchas cosas desde niños: hicimos juntos (con Dante y Tere) la Primera Comunión; hemos jugado, nos hemos peleado, la hemos pasado bien... Ir a tu casa era diversión y travesura asegurada, como esa vez que pusieron mi ropa en los cuernos de una cabra y la dejaron libre por el campo, la vez que se pusieron a hacer "carrera de vacas", o que nos íbamos a escalar el cerro que estaba cerca a tu casa. Tan traviesos éramos que mi papá, cada vez que íbamos a Huachipa, nos hacía esta advertencia (que no hacíamos caso) "no vayan a hacer fogata". Con mis hermanos, Tere, Fernando, Norma, Yanina, Kathia, Giselly, Patty, Betty... fuimos pandilla, y también un poco "pandilleros" cuando en la casa de los abuelos en “Las Palmeras” nos juntábamos y hacíamos de las nuestras, que al abuelo le causaba poca gracia. También hiciste buena “collera” con mis primas por parte de mi papá, con quienes compartimos paseos y reuniones en mi casa. De todo esto nos acordábamos cuando nos reunimos un Domingo de Enero del 2007, y nos reíamos, siendo ya adultos, de nuestras travesuras y nuestras peleas. Nos acompañaste en el matrimonio de mi hermana (fuiste su madrina de Confirmación) y el día de mis promesas como Hermano Oblato de Nuestra Señora de la Soledad estuviste en primera fila.
No todo fue diversión, también estuvimos juntos en momentos difíciles como el accidente de Dante, o la muerte del tío Julio en la que preparamos el funeral; sabía que en esos momentos difíciles podía contar contigo y con Tere.
Siempre te has preocupado por unir a la familia, por avisarnos cuando alguno de los tíos estaban delicados de salud, por organizar con mi mamá las reuniones familiares. Por mi parte, yo sabía que al ir a esas reuniones te encontraba en la cocina ayudando en la atención de los invitados y, tanto a ti como a Tere, podía “gorrearles” comida sin que mi mamá se de cuenta. Tenías ese espíritu servicial de la abuelita Rosario.
Fuiste una mujer fuerte, no solo emocionalmente, sino físicamente, tirabas buenas "cachetadas" (habla la voz de la experiencia); te ibas a hacer diligencias judiciales de desalojo con ocho meses de gestación. Y como mujer fuerte luchaste por tu vida hasta el final, no te resignaste a morir, ni a nada que te acercara a la muerte.
El pasado 30 de Diciembre, el día que cumplimos 35 años de haber hecho la Primera Comunión, al terminar de acolitar la Misa en la iglesia de San Pedro (donde hoy nos reunimos para recordarte), me avisaron que estabas en el Hospital, fui a verte de inmediato. Comenzaba el "Vía Crucis".
Te fui a ver mientras estabas enferma: no perdías el buen humor; pero tus palabras me sonaron a despedida: "yo estudié hasta el final" me dijiste, y me animabas a hacer algunos cursos de Derecho. No eras tonta y sabías que tu enfermedad era seria. Pero peleaste hasta el final.
Fui a verte cuando ya te despedías de nosotros. Recé contigo un “Ave María”, te dije que Dios veía con buenos ojos las travesuras que hacíamos de muchachos, te hice la señal de la cruz y salí. No sabes como me hubiera gustado ser sacerdote y darte la absolución. Pero se que Dios ha tenido compasión de ti, porque Él ama a todos sus hijos. Y mientras rezaba en el lobby de la Clínica “Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte” te fuiste a los brazos de Dios. Tus familiares y amigos fuimos a despedirte. Mas de uno se sorprendió de que te hayas ido tan pronto. Mientras te dábamos el “último Adiós” y las lágrimas brotaban de nuestros ojos, nuestra prima Giselly me cubrió la cabeza con la capucha de mi hábito de Oblato para fastidiarme y bromear un poco: no podía faltar en tu despedida una travesura, una sonrisa como cuando éramos niños.
Sospecho que, al llegar al cielo los tíos Julio y Arcesio te habrán dado la bienvenida, habrás tenido una charla interminable con la tía Celinda (era tu madrina y te quería mucho), y la abuelita Rosario habrá salido a servirte una taza de café pasado, tortillas, ñuña… dile que me guarde unos tamalitos para cuando me toque mi turno, pero que no hay ninguna prisa. Me imagino que el abuelo Julio también te habrá recibido con cariño, pero habrá comenzado a rogar a Dios que a nosotros, sus nietos (sobre todo a mi) nos de muchos años de vida, porque él sabe muy bien que, cuando nos juntemos en el cielo, habrá tal escándalo y tantos traviesos juntos, que seguramente le haremos perder la paciencia como lo hacíamos en su casa.
Querida Marisol, ha pasado un mes desde que te fuiste, y aún nos cuesta aceptarlo. Pídele a Dios y a Nuestra Señora del Rosario, a quien nuestras mamás veneran con mucho cariño desde niñas, y bajo cuyo patrocinio estuviste en el colegio, que de la paz a tus padres, a tu hija, a tus hermanos...
Yo solo te digo lo que te dije antes de despedirnos: Quédate en paz, primita, queda con Dios, Marisol.

martes, 31 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 10 - EN TODO AMAR Y SERVIR...

Ustedes son la sal de la tierra,
Ustedes son la luz del mundo[i]
Con estas palabras Jesús nos expresa su confianza. Por el bautismo estamos llamados a dar sabor cristiano al mundo, a iluminar al mundo.
Hemos de mostrar la “Alegría del Evangelio”, esa alegría que, como dice el Papa Francisco: “llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento.[ii] Esta alegría nos anima a comunicar nuestra fe a los demás con nuestras palabras y nuestro testimonio, que dan vida a los demás, que edifican, que hacen crecer, no solo la fe, sino la misma vida humana.
No seamos cristianos con cara de funeral, “cristianos murciélagos” como nos dijo el papa Francisco[iii] Necesitamos cristianos con corazón alegre, cristianos que sonrían y den alegría, como estos niños que  han venido esta noche para escucharme.
Quizás alguno se sienta desanimado, porque el mundo es muy hostil y está cada vez más descristianizado, que la Iglesia ya no tiene el peso de antes… Pues a esto les respondo con palabras del P. Pedro Arrupe, S.J.: “a pesar de todo y todo cuanto peor pueda suceder, sabed que tenemos una fuerza todavía mayor que la fuerza atómica: tenemos el corazón de Cristo… en el Corazón de Cristo tenemos una fuerza invencible, que destruirá todo mal y unirá todas las almas en un solo centro, en su amor y en el amor del Padre”.[iv]
Tenemos una gran tarea: hacer presente a Jesucristo en medio de nosotros. Él está vivo, camina con nosotros, se alegra con nosotros, comparte nuestra alegría, nuestra pena, nuestro trabajo, nuestro dolor, nuestros sueños.
La Semana Santa es tiempo de pasión que termina en la gloria de la resurrección; de Jesús que vence a la muerte no solo históricamente, sino que resucita todos los días, en cada momento, en cada uno de nosotros. Que nos da un fuerte abrazo. Que confía y cree en nosotros.
Esa es la misericordia de Jesús, que el Papa Francisco nos invita a reflexionar en el Año Santo de la Misericordia que comenzará este 8 de Diciembre: Jesús sabe que somos barro, que llevamos un tesoro en vasijas de barro, pero con todo eso nos ama profundamente, nos acoge con todo el corazón, que pesar de nuestra fragilidad apuesta por nosotros y confía en que demos fruto.

Hermano:
Resucitó el Señor, su gloria está en ti, que vives la alegría del Evangelio,
Que te dejas abrazar por Él y en Él das fruto.
Que te sientes feliz de ser cristiano.
Hoy me ha tocado ser el pregonero de la Semana Santa
¡AHORA TE TOCA A TI SER EL PREGONERO DE CRISTO RESUCITADO!

TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD,
MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO
Y TODA MI VOLUNTAD,
TODO MI HABER Y MI POSEER,
VOS ME LO DISTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO.
TODO ES VUESTRO.
DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD,
DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA
QUE ÉSTA ME BASTA.
AMÉN.[v]

Les invito a escuchar la parte final de "El Mesías" de Handel



[i] Mateo 5, 13
[ii] Papa Francisco: Evangelium Gaudium Nº 1
[iii] Papa Francisco: Homilía en Santa Marta el 24 de abril del 2014
[iv] Pedro Arrupe, S.J.: En Él solo… la esperanza.
[v] San Ignacio de Loyola: Ejercicios Espirituales Nº 234

domingo, 29 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 9 - ME HAS ABIERTO LAS PUERTAS DE TU CASA…

 “Señor: Me has abierto las puertas de tu casa de par en par
Por eso para ti las puertas de mi alma
Abiertas siempre están…”[i]

Este año, se cumplen 10 años de aquel fatídico incendio que destruyó este templo la madrugada del Domingo 5 de Junio del 2005. Aún recuerdo como, mientras me alistaba para salir de mi casa, escuchaba la noticia del siniestro a través de Radioprogramas del Perú.
Aquel acontecimiento fue una auténtica pesadilla que tuvieron que vivir nuestros hermanos soleanos más antiguos. Pero, sobreponiéndose al dolor, los hermanos comenzaron a soñar con la reconstrucción del templo, y comenzaron a trabajar para hacer realidad ese sueño, es así que durante varios años estuvieron cada domingo en la puerta de la iglesia vendiendo comida y pidiendo limosna, juntando de sol en sol, con la esperanza de devolverle a este templo su antiguo esplendor, oculto, incluso antes del incendio, por repintes y restauraciones mal hechas.
No faltaron momentos en que los hermanos sintieron que el sueño se frustraba: promesas que solo quedaron en palabras, ayudas que no llegaron como la que estuvo a punto de dar UNESCO a los pocos meses del incendio y que nunca se pudo concretizar por la negligencia y dejadez del Instituto Nacional de Cultura; la cizaña sembrada en diversos medios y en especial en las redes sociales por personas que antes frecuentaban esta casa; el cansancio, la impaciencia y hasta la desconfianza de quienes exigían resultados inmediatos a medida que transcurría el tiempo.
Pero los hermanos no se dieron por vencidos y poco a poco, se fueron consiguiendo recursos… Y así, la iglesia de la Soledad fue, literalmente, resurgiendo de sus cenizas: se comenzaron a abrir las puertas para los oficios del Viernes Santo y los cultos gloriosos de septiembre; en Noviembre del 2013 comenzó la restauración del techo de la iglesia; y, por fin, desde Septiembre del 2014, la Soledad abrió sus puertas a los fieles para la Misa Dominical y los cultos ordinarios.
Y los Hermanos siguen soñando y trabajando por hacer realidad sus sueños: el sueño de ver a la Soledad con sus paredes y techo empastados y pintados, iluminado con sus arañas de cristal debidamente reparadas, con sus altares y pulpito restaurados.
Yo, por mi parte, también sueño como mis Hermanos Soleanos:
Sueño con ver restaurados y en su retablo al conjunto escultórico de la Sagrada Familia, a cuyo patrocinio he encomendado mi vida de Hermano Oblato.
Sueño con escuchar el canto de la comunidad en la liturgia, acompañado del sonido de un órgano que le dé el esplendor que se merece.
Sueño con ver a un sacerdote sentado en el confesionario, perdonándonos los pecados en nombre de Jesucristo.
Sueño con muchos hermanos Colaboradores, Cofrades y Oblatos, trabajando por el Reino de Jesucristo en nuestro Carisma Soleano.
Sueño con una casa de puertas abiertas, donde los hijos vienen a buscar a María su Madre y contarle sus inquietudes, donde busquen a Jesucristo y le hablen con cariño y confianza.
- ¡Sueño con una comunidad, una Iglesia, pueblo de Dios, viva, alegre, que celebre su fe y de testimonio de ella en el mundo; de una fe que es alegría, vida, servicio, confianza y esperanza en Jesucristo, hijo de María, vivo y presente en medio de nosotros!

Les invito a escuchar el final de la Sinfonía Nº 6 - Pastoral de Beethoven. 


[i] Canto de José Antonio Olivar

Próxima publicación (y conclusión del Pregón Martes 31 de Marzo.