domingo, 29 de marzo de 2015

PREGÓN DE SEMANA SANTA 9 - ME HAS ABIERTO LAS PUERTAS DE TU CASA…

 “Señor: Me has abierto las puertas de tu casa de par en par
Por eso para ti las puertas de mi alma
Abiertas siempre están…”[i]

Este año, se cumplen 10 años de aquel fatídico incendio que destruyó este templo la madrugada del Domingo 5 de Junio del 2005. Aún recuerdo como, mientras me alistaba para salir de mi casa, escuchaba la noticia del siniestro a través de Radioprogramas del Perú.
Aquel acontecimiento fue una auténtica pesadilla que tuvieron que vivir nuestros hermanos soleanos más antiguos. Pero, sobreponiéndose al dolor, los hermanos comenzaron a soñar con la reconstrucción del templo, y comenzaron a trabajar para hacer realidad ese sueño, es así que durante varios años estuvieron cada domingo en la puerta de la iglesia vendiendo comida y pidiendo limosna, juntando de sol en sol, con la esperanza de devolverle a este templo su antiguo esplendor, oculto, incluso antes del incendio, por repintes y restauraciones mal hechas.
No faltaron momentos en que los hermanos sintieron que el sueño se frustraba: promesas que solo quedaron en palabras, ayudas que no llegaron como la que estuvo a punto de dar UNESCO a los pocos meses del incendio y que nunca se pudo concretizar por la negligencia y dejadez del Instituto Nacional de Cultura; la cizaña sembrada en diversos medios y en especial en las redes sociales por personas que antes frecuentaban esta casa; el cansancio, la impaciencia y hasta la desconfianza de quienes exigían resultados inmediatos a medida que transcurría el tiempo.
Pero los hermanos no se dieron por vencidos y poco a poco, se fueron consiguiendo recursos… Y así, la iglesia de la Soledad fue, literalmente, resurgiendo de sus cenizas: se comenzaron a abrir las puertas para los oficios del Viernes Santo y los cultos gloriosos de septiembre; en Noviembre del 2013 comenzó la restauración del techo de la iglesia; y, por fin, desde Septiembre del 2014, la Soledad abrió sus puertas a los fieles para la Misa Dominical y los cultos ordinarios.
Y los Hermanos siguen soñando y trabajando por hacer realidad sus sueños: el sueño de ver a la Soledad con sus paredes y techo empastados y pintados, iluminado con sus arañas de cristal debidamente reparadas, con sus altares y pulpito restaurados.
Yo, por mi parte, también sueño como mis Hermanos Soleanos:
Sueño con ver restaurados y en su retablo al conjunto escultórico de la Sagrada Familia, a cuyo patrocinio he encomendado mi vida de Hermano Oblato.
Sueño con escuchar el canto de la comunidad en la liturgia, acompañado del sonido de un órgano que le dé el esplendor que se merece.
Sueño con ver a un sacerdote sentado en el confesionario, perdonándonos los pecados en nombre de Jesucristo.
Sueño con muchos hermanos Colaboradores, Cofrades y Oblatos, trabajando por el Reino de Jesucristo en nuestro Carisma Soleano.
Sueño con una casa de puertas abiertas, donde los hijos vienen a buscar a María su Madre y contarle sus inquietudes, donde busquen a Jesucristo y le hablen con cariño y confianza.
- ¡Sueño con una comunidad, una Iglesia, pueblo de Dios, viva, alegre, que celebre su fe y de testimonio de ella en el mundo; de una fe que es alegría, vida, servicio, confianza y esperanza en Jesucristo, hijo de María, vivo y presente en medio de nosotros!

Les invito a escuchar el final de la Sinfonía Nº 6 - Pastoral de Beethoven. 


[i] Canto de José Antonio Olivar

Próxima publicación (y conclusión del Pregón Martes 31 de Marzo.

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