jueves, 19 de marzo de 2015

PREGON DE SEMANA SANTA 3 - CUARESMA LIMEÑA

Con el Miércoles de Ceniza hemos comenzado nuestra preparación para la celebración del Misterio Pascual. La imposición de la ceniza nos recuerda que somos caducos y que estamos llamados a la penitencia y a la conversión de nuestra vida. Desde ese día, según una costumbre sevillana, Nuestra Señora de la Soledad viste de hebrea, no lleva ni corona ni diadema; solo una aureola de estrellas que nos recuerda a la mujer del apocalipsis, “coronada de doce estrellas[i] y al dogma de la Inmaculada Concepción. No lleva la elegancia con la que la veremos en Semana Santa y en Septiembre, sino la sencillez y austeridad de las mujeres hebreas. Y aun en esa sencillez no dejamos de apreciar su hermosura…
El Arzobispado de Lima, en el marco del Vigésimo Sínodo Arquidiocesano, ha programado diversas procesiones para estos días de Cuaresma y Semana Santa.
¿Qué saldremos a contemplar en las procesiones?
No solo una obra de arte. Tampoco salgamos a ver qué imagen está mejor o peor vestida. Eso es frivolidad, que no tiene nada de cristiano ni de evangélico.
Salgamos a contemplar y a meditar en la pasión de Cristo, que es también la pasión y el sufrimiento del ser humano…

Mañana saldrán de la Basílica de la Merced la Cruz del Padre Urraca y de la iglesia de San Agustín las imágenes del Señor de la Columna, el Santo Cristo de Burgos y Nuestra Señora de la Pasión. Ojalá pronto vuelva a procesionar la escultura de “La Muerte”, tan célebre en la antigua Semana Santa Limeña.
Al Señor de la Columna lo conocí un sábado de enero de 1984 cuando, siendo de noche, visitaba la iglesia de San Agustín. Me impresionó verlo lleno de latigazos, doliente, exhausto. Con mirada sufriente, como diciendo: “por favor, ya no sigas con los latigazos”.
Su autor, posiblemente Baltazar Gavilán en el siglo XVIII, se adelantó a lo que Mel Gibson nos mostró, hace poco más de diez años, en la película "La pasión de Cristo": el daño que ocasionaba la flagelación aplicada por los soldados romanos.
Y al ver a Jesús así, pensemos: cuantas heridas ocasiona en pecado en el Hijo de Dios y en los hijos de Dios:
-    Allí están las heridas que ocasionan los homicidios, las torturas, el maltrato, la violencia familiar, la explotación infantil.
-   Las heridas que ocasionan el desprecio, la humillación, la marginación, el bullyng.
-   Las heridas del aborto, las violaciones, la trata de personas…
Y Jesús está solo, sufriente, sin que nadie lo defienda, pidiendo compasión con su mirada. Mañana, cuando vayas a verlo por las calles de Lima, acuérdate de tus hermanos que están flagelados, de los que sufren como consecuencia del odio, de la violencia, del maltrato.
No seas indiferente a sus sufrimientos. ¡Son los sufrimientos de Cristo!

El Domingo 22 de Marzo el Señor Crucificado del Rímac, tan querido por varios de nuestros hermanos, saldrá de la iglesia de Santa Liberata, se encontrará en el atrio de la Catedral con la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, y después de la Misa visitará este templo hacia la 1.30 p.m. Nuestra Madre de la Soledad saldrá a recibirlo.
Ese día, miremos al Crucificado del Rímac y recordemos a los crucificados que nos rodean: enfermos, abandonados, encarcelados, hambrientos, desnudos… ¿A cuántos crucificados vivos acompañas? ¿A cuántos enfermos, agobiados, vas a ver con el mismo entusiasmo e interés con el que iras a una procesión de Cristo? En estos días me ha tocado acompañar a algunos crucificados de carne y hueso: un familiar enfermo, un joven que ha perdido la audición de un oído de manera súbita, un amigo atormentado por los errores que ha cometido en su vida…
Acompaña la procesión del Señor Crucificado, y ora por los tus hermanos crucificados. Y no te quedes solo en la oración: anda a visitarlos, a asistirlos, con el mismo entusiasmo con el que has ido a la procesión. No lo dejes para cuando “tengas tiempo”. La penitencia que Dios nos pide en esta cuaresma no es solo ayunar o dejar de comer carne, es también visitar enfermos, consolar tristes, es sobretodo ¡Resucitar crucificados!

El Viernes de Dolores, será nuevamente el tradicional Viernes Mercedario: Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Piedad saldrán en procesión de la Basílica de La Merced. Esta imagen de la Virgen Dolorosa ha sido una de las primeras que vi vestida a la usanza sevillana, la visitaba con frecuencia para contemplarla y rezar ante ella; para ver su paso de palio y fotografiarla aunque debo reconocer que, como de costumbre, las fotos no me salían bien.
Con el “Viernes de Dolores”, comienzan los ajetreos de la Semana Santa en esta iglesia: hay que terminar de armar los pasos, preparar las velas, las flores, armar el monumento, los ensayos de cantos… Todo eso está bien; pero es necesario darnos un tiempo para orar, para estar con Dios; que Jesús no nos diga, como a Martha “Hermano, hermano, andas inquieto y nervioso por muchas cosas, solo una es necesaria: estar con Dios[ii]. Qué bien viene el consejo que escuché en una canción: “guarda tu corazón del activismo que mata el espíritu[iii].
Y como para recordarnos esta necesidad de oración, durante todo el día tendremos el Santísimo Sacramento expuesto en esta iglesia, para darnos la oportunidad de sentarnos a los pies del Maestro a hablar con Él, a poner el corazón en el suyo.
Que María nos ponga al lado de Jesús.

El Sábado de Pasión volverá a recorrer las calles el Señor del Santuario de Santa Catalina, un bello Cristo limeño del siglo XVIII. Muchos han pedido que salga nuevamente a las calles en este día, y están entusiasmados con esta procesión: “¡Sale Santuario!”…
Si, sale Cristo en la Cruz, pero no solo para contentar a los devotos. Sale para que recordemos que en la Cruz encontramos nuestra salvación.
Un canto a la Cruz dice:
En ti todos los que sufren buscan alivio y consuelo
Tu yugo es suave y ligero
Pues su peso nos quitó el que te llevó primero[iv]
La Cruz de Cristo simboliza nuestra cruz, la que llevamos cada día, la que nos pesa; la llevamos a la vista y paciencia de los demás; la que escondemos, la que no nos atrevemos a mostrar porque asustan de solo pensar en ellas: la cruz del pecado, de la debilidad, de la enfermedad… ¡Ah! si los demás supieran cual es la cruz que llevamos huirían despavoridos, lejos de nosotros…
Y en esa Cruz, en tu cruz, muere Cristo, para resucitar glorioso.
Y en esa cruz de cada día entreguemos nuestro corazón a Cristo, sigámosle con nuestra cruz, caminemos detrás de él, para que, siguiéndole en la pena, resucitemos con Él y caminemos con él en la gloria.[v]
Hagamos de nuestra propia cruz, nuestra vocación a la Santidad.
 En la cruz está la vida
y el consuelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

En la cruz está "el Señor
de cielo y tierra",
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

De la cruz dice la Esposa
a su Querido
que es una "palma preciosa"
donde ha subido,
y su fruto le ha sabido
a Dios del cielo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

Es una "oliva preciosa"
la santa cruz
que con su aceite nos unta
y nos da luz.
Alma mía, toma la cruz
con gran consuelo,
que ella sola es el camino
para el cielo.

Es la cruz el "árbol verde
y deseado"
de la Esposa, que a su sombra
se ha sentado
para gozar de su Amado,
el Rey del cielo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

El alma que a Dios está
toda rendida,
y muy de veras del mundo
desasida,
la cruz le es "árbol de vida"
y de consuelo,
y un camino deleitoso
para el cielo.

Después que se puso en cruz
el Salvador,
en la cruz está "la gloria
y el honor",
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
y el camino más seguro
para el cielo
.[vi]

El Sábado de Pasión, durante todo el día nuestra Madre de la Soledad, estará expuesta en piadoso besamanos.
Desde que ha que regresado a su camarín, ya no la podemos contemplar de cerca, como cuando teníamos los cultos en la Sala de Cabildos que nos servía de capilla. Por ello el besamanos es una buena oportunidad para acercarnos a ella, verla de cerca, mirarle a la cara con confianza.
Besar la mano. Un gesto que, aunque se lo damos a una imagen, es una expresión de cariño y respeto a María. Es beso a la Madre, a la Señora, a la Dama.
Cuando te acerques, hazlo como quien se presenta a la Reina, con cariño y con respeto; pero con la confianza de que esta Reina es tu Madre: “Ecce Mater tua”.
Con sus manos extendidas María te dice: “TOMA MI MANO Y CONFIA EN MI”
Y nosotros, de la mano de María, vamos caminando al encuentro de Jesús.


Les invito a escuchar He was despised de "El Mesías" de Handel 
Traducido dice: "Fue despreciado por los hombres un varón acostumbrado a sufrir" (Isaías 53, 3). "Ofreció la espalda a los que le apaleaban, las mejillas a los que jalaban su barba y no ocultó su cara a los ultrajes ni salivazos" (Isaías 56, 6)



[i] Apocalipsis 12, 1
[ii] Cf. Lucas 10, 41=42
[iii] Grupo “Siembra”: “El mensaje de Bonifacia”.
[iv] Francisco Palazón: “Tu Cruz adoramos, Señor”
[v] San Ignacio de Loyola: Ejercicios Espirituales Nº 95
[vi] En la Cruz está la vida, Santa Teresa de Jesús

Publicación de la Cuarta parte: Sábado 21 de Marzo

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